Qué nunca falte en la valija la máquina de olvidar preconceptos

Qué nunca falte en la valija la máquina de olvidar preconceptos.

O pinceladas atisbadas en un viaje a La Paz entre dolor de cabeza y dolor de cabeza.

Aunque antes de viajar uno sabe que lo primero que debe poner en la valija es el limpiador de preconceptos, yo esta vez me lo olvidé, y llegué por primera vez a La Paz convencido de que iba a ser un pequeño descenso al infierno, como mínimo. Y como máximo, un rápido viaje a la internación por apunamiento, mal de altura, soroche o como se llame a eso donde lo único que pedís es convertirte en María Antonieta y que alguien te corte la cabeza de un solo tajo.
Pero para variar me tuve que meter los preconceptos ahí donde no llega el sol, y quedé fascinado por una ciudad donde en cada esquina hay algo nuevo y distinto. Y lo del dolor de cabeza es un mito, si tomás algo que se llama “sorochipil” (lo juro) y mate de coca cada vez que podés. Pasen y vean, acá quedan mis postales de La Paz. Y no se olviden de no olvidarse el limpiador de preconceptos.


Publicado en: https://medium.com/@flandivar/qu%C3%A9-nunca-falte-en-la-valija-la-m%C3%A1quina-de-olvidar-preconceptos-286f5de72393
Por Facundo Landívar @flandivar
Periodista, editor, ferviente defensor del mejor oficio del mundo, dinosaurio del papel pero convencido de que todo tiempo futuro es mejor.

 

Un comentario

  1. Aunque no conozco Bolivia (todavía) adhiero al tema: viajar me enseñó a no prejuzgar, a no estereotipar, a no estigmatizar (palabrita tan usada en estos tiempos!). Lo aprendí al observar a las personas y sus comportamientos, miradas… Te das cuenta de que, verdaderamente, no importa de qué nacionalidad sos, todos nos parecemos y nos puede diferenciar las culturas o educación pero en esencia, somos todos muy parecidos. Y nadie mejor que otro.

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