Autor: @diegodesanjuan

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Viajando con altura: El desafío de viajar siendo alto.

Hace un tiempo leí de un jugador de vóley ruso que bajaron de un avión porque no entraba en el asiento (medía 2,20 mt) y no pude más que solidarizarme a la distancia con ese desconocido gigante que sufre por salirse de los parámetros de lo considerado “normal” por la sociedad, o por lo considerado “normal” por las aerolíneas, que es mucho más chico. Quiero aclarar que mido 1,93 metros, encuentro ropa y zapatos de mi tamaño sin mayor dificultad y cotidianamente me encuentro con gente más alta que yo. Quiero decir con esto que no soy un coloso de proporciones titánicas. Sin embargo al emprender un viaje, la altura superior al promedio se hace presente. El problema empieza antes de viajar, al armar la valija. Un bulto de hasta 23 kg., en mi caso, es mucha menos ropa que, por ejemplo, en una persona 20 cm más baja. Una muda de calzado, 2 pantalones, 4 remeras, un abrigo y las cosas de aseo personal casi llenan la valija. Si ven en sus viajes a gente alta vestida siempre igual, ya saben, culpa de las aerolíneas. Al momento de hacer el check in en el vuelo, más o menos el 97% de las veces, las salidas de emergencia y primeras filas ya están ocupadas. Un médico conocido mío, le pedía a la secretaria que le dejara un turno libre justo 36 horas antes de los vuelos, para ser el primero en hacer el check in y elegir la primera fila, mide 1,60 mt. y le cuelgan los pies en el asiento, pero sabe que otros quieren ese asiento y disfruta de tenerlo. Chateando hace poco con un conocido travel Blogger, me decía que ahora se pueden comprar las primeras filas y salidas de emergencia, o si no, siempre me quedaba la opción de ir en bussiness. Quiero aclarar aquí, una confusión que parece generalizada: Soy alto, no rico. Aparentemente mucha gente piensa que son equivalentes. El personal de las aerolíneas, es siempre gente muy amable y servicial (los eligen por serlo) y yo siempre trato de ser amable, sonriente y educado con ellos, ser el cliente que mejor los trate ese día. Aparentemente, ser amable y alto no califica para ubicar a un pasajero en los asientos más espaciosos. Nunca sabremos si hay una conspiración mundial que otorga esos asientos a miembros de una sociedad secreta, o bien, sólo tengo mala suerte. Pasillo o ventana: Un consejo que he recibido miles de veces es sentarse en el pasillo para “estirar las piernas”. Vamos por partes: La humanidad durante miles de años soñó con ver el mundo desde el cielo, ¿y ustedes pretenden que por ser alto no me gusta mirar por la ventana? Se equivocaron, piénsenlo de nuevo. Además, el “estirar las piernas” se refiere sólo a la pierna que está del lado del pasillo, esto sería “estirar el 50% de las piernas”, además la experiencia me indica que la pierna estirada en el pasillo es pateada, quiero creer que sin querer, por un transeúnte cada 2 a 3 minutos, no es una gran solución. Mi padre, también alto me decía que en el pasillo uno puede pararse y caminar. Estás en una lata con 200 personas a 10.000 metros de altura. ¿Cuánto podés caminar?, ¿A dónde vás a ir? ¡Por favor! Siempre seré del #TeamVentana.   Finalmente, para no aburrirlos, quiero decir que envidio enormemente a las personas que entran en cualquier cama de cualquier hotel. Siempre una estrella de mi calificación a los hoteles que visito es el largo de la cama. Rara vez, en la descripción de un hotel avisa: “si usted mide más de 1,80 metros, nuestras camas le resultarán particularmente incómodas”.   Por @diegodesanjuan

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Llevarías a tu pareja a un viaje de trabajo?

La elección de una compañera para la vida que no comparta tu profesión implica que siempre vas a hablar de cosas que no sean trabajo, que vas a aprender cosas que tus colegas ignoran, y que nunca, pero nunca, vas a coincidir en un viaje de capacitación laboral con tu pareja. En mi caso yo soy contador, y mi esposa médica, pese a lo cual en 15 años de casados nunca nos quedamos sin tener de que hablar. Algunas cosas que se presentan en este tipo particular de viajes son: Mitos: Cuando se habla de llevar un acompañante a un congreso (o conferencia, o curso, al caso es lo mismo) la leyenda indica que hay gente que lleva a su amante, aprovechando la excusa de tener que viajar. Pues bien, en mis años como acompañante nunca lo vi. Costos: Lo primero a tener en cuenta a la hora de pensar en estos viajes, es en que nunca te va a salir gratis. Aunque vayan invitados por el laboratorio XXX, que pague el hotel, el pasaje y el congreso, el pasaje adicional, las comidas, el upgrade de habitación y todas las actividades del acompañante, hay que pagarlas. Además si conseguís quedarte unos días más y agregar un segundo destino, todo se paga aparte. Destinos clase B: cuando el congreso es en un lugar de alto interés turístico, generalmente viajan todos los colegas, en una especie de «viaje de estudios» con lo que si no necesitan un chofer de largas horas de ruta, lo más probable es que uno no sea invitado. Así es como es más probable recibir invitaciones para acompañarla a un curso en Catamarca, que a uno en Bariloche. Temporada: Los congresos, cuando son en destinos turísticos, no son en temporada de playa, nieve, clima óptimo, vacaciones escolares, etc. generalmente se realizan en épocas en los que hay que buscar actividades alternativas a las esperadas en los lugares de destino. Los otros acompañantes: si bien suele armarse grupos de esposos/novios y esposas/novias de los congresantes, es muy difícil que en los horarios libres de todos los días se puedan coordinar actividades del agrado o interés de todos, ya que los intereses de cada uno pueden ser muy distintos (surf, mountai bike, golf, un museo, ronda de bares, shopping, etc.).No hay que tener miedo a independizarse e irse a hacer lo que tengas ganas, nunca sabes si volverás algún día a esa ciudad, o si cuando vuelvas seguirás teniendo la vitalidad y posibilidades de hoy. Disfruta el hoy, pasa una sóla vez. Horarios: de 8 am a 6 pm, uno se convierte en un viajero solitario, casi un mochilero lanzado a al aventura, que recorre a pie, transporte público, bici alquilada o en un tour las distintas ciudades, a veces junto con un montón de otros turistas que viajan solos, siempre dispuestos a hacer amistades esporádicas y a acompañarse mutuamente en la soledad. A las 6 pm el congreso te devuelve por unas horas horas a tu pareja para: 1) llevarla a conocer el mejor lugar que conociste en el día, 2) conocer algo que guardaste especialmente para ir juntos, o 3) tirarse reventados de cansancio en el hotel a esperar que sea la hora de comer y de dormir. En un viaje de varios días, se alternan todas las opciones. El tip: entender que el turista es uno, acompañando a alguien que está de viaje por otros motivos, nunca hacer escenas de celos por falta de atención y poder planificar los horarios para que el viaje sea un placer para los dos. Finalmente, el agradecimiento: si al terminar el viaje, cada uno de los viajeros no está agradecido con los demás, quizás estés viajando con la persona incorrecta, o quizás vos seas la persona incorrecta para viajar. Por: @diegofe1980

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