Mi Primer Viaje a Europa no fue muy convencional

Cuando pienso en el «Mi Primer Viaje a Europa» de alguien imagino cosas típicas como un París, Roma, Londres, Barcelona, Madrid, Florencia, Venencia y las ciudades más típicas. Especialmente si ese viaje ocurrió en la década del 80 donde viajar a Europa era más o menos lo mismo a lo que hoy sería viajar a a la luna.

Mi primer viaje a Europa fue el 2 de febrero de 1987. Tenía 14 años. Es increíble como yo, que no me recuerdo la fecha ni de mi propio cumpleaños, recuerdo las fechas de inicio de mis viajes. Pero ni siquiera recordaba a qué lugares fui en ese viaje, solo recordaba haber estado en París. Entonces le pregunté a mi papá las ciudades que recorrimos y me llevé una sorpresa.

Mi primer viaje a Europa fue: Paris – Lucerna – Madrid y Granada.

Me parece un recorrido super extraño y para nada convencional, en especial habiendo sido el primero.

Por qué Lucerna? Por qué de Lucerna a Madrid y no, por ejemplo, al norte de Italia que está bastante más cerca? Por qué de Madrid a Granada y no Barcelona? o Sevilla?

Tengo algunas respuestas a estas preguntas y también, algunos recuerdos de esa primera experiencia con el continente que más me gusta de todo el mundo y al que siempre deseo volver.

PanAm

En la década del 80 PanAm era una de las aerolíneas más grandes del mundo (hoy es un ícono vintage) y vendía un paquete loquísimo que se llama «El triangular». Por apenas us1200 sacabas un pasaje que iba de Buenos Aires a New York o Miami, podías bajar allí y luego incluía otro tramo entre una ciudad de USA y una de Europa, y no sólo eso, desde Europa podías ir a Medio Oriente y luego volver por cualquier otra ciudad de Europa y luego a otra ciudad de USA y luego de regreso a Buenos Aires.

Nuestro viaje completo fue: Buenos Aires – New York – Paris- Tel Aviv – Paris – Lucerna – Madrid – Granada – Paris – Miami – Orlando – Miami – Buenos Aires. UNA LOCURA!!!!!

Es decir, por us1200 PanAm te permitía dar la vuelta al mundo (así es que fundió). Ideal para la clase media a la cual le era casi imposible subir a su familia arriba de un avión.

Recuerdos

Despedida en Ezeiza

Creo que unas 15 personas nos vinieron a despedir en Ezeiza. Para los jóvenes esto les debe resultar gracioso y ridículo pero los mayorcitos sabrán de qué hablo. Imaginen que cada viajero llevaba al menos 10 personas a Ezeiza para la despedida, el Aeropuerto explotaba de gritos, de calor, de llantos, de alegría. En ese entonces, en el llamado «Estuche» de Ezeiza había una escalera mecánica finita que salía del medio del salón y te llevaba a migraciones. Era la escalera al cielo. Era la escalera soñada. Era la escalera de los afortunados. Era tan angosta que se subía de a uno. Todos los familiares y amigos que no viajaban quedaban abajo viendo subir al afortunado. El viajero iba subiendo mirando al público y saludando con la mano a la hinchada desaforada. A veces se aplaudía. Incluso los familiares ajenos aplaudían.

Todo un espectáculo, visto a la distancia da un poco de verguenza. Pero ese momento subiendo la escalera era soñado. Y así lo fue en mi primer viaje a Europa.

París

Tengo pocos recuerdos de París en ese viaje. Recuerdo que paramos en el Barrio Latino. Recuerdo que se estaba jugando uno de los torneos de Rugby tipo 6 naciones y que la Selección de Gales paraba en el mismo diminuto hotel y que a la noche estaban todos borrachos golpeando las puertas de las habitaciones. Recuerdo que el ascensor del hotel era para una sola persona. Recuerdo frío, e incluso nieve. París en ese viaje me trae recuerdos de algo oscuro. Tal vez porque a las 4 de la tarde ya era de noche.

Lucerna

Me enamoré de Suiza en ese viaje. Me enamoré de viajar en tren entre las montañas verdes y nevadas. Me gustó tanto Lucerna que quise volver y volví. Creo que fuimos muy afortunados en que nos tocaron 2 días a pleno cielo azul. Pienso en la locura de ir en tren de París a Lucerna para estar 2 días y de ahí viajar un día entero en tren (o más) para llegar a Madrid. Inexplicable (tendré que interrogar a mi papá sobre el tema).

Primer mundo

En New York habíamos comprado una cámara de fotos, la cámara de fotos con la que registraríamos todo el viaje. Al llegar a Lucerna y salir del hotel para pasear nos damos cuenta que olvidamos la cámara de fotos en el tren. Desesperados nos fuimos corriendo a la estación. El tren ya había partido hacia algún otro lugar del mundo. En la oficina de objetos perdidos nos pidieron la descripción de la cámara y nos dijeron que volviéramos en la noche. Nos fuimos a pasear hasta la cima del monte Pilatus. No tenemos una foto de ese paraíso terrenal. En la noche fuimos resignados a la estación de tren y allí estaba nuestra cámara.

El guarda del tren la encontró (era super moderna, creo que rebobinaba el rollo de manera automática), la llevó a la oficina de objetos perdidos en Roma. De Lucerna dieron aviso y la enviaron de regreso en otro tren.

La teníamos de nuevo entre nosotros. Ese día conocí el primer mundo.

Madrid

Casi no tengo recuerdos de Madrid en ese viaje. Sólo recuerdo que un taxista nos estafó y que me quedé con la sensación de que estaba de regreso en Argentina y eso me deprimió.

Granada

Por qué fuimos a Granada? a mi papá le encantan las montañas. Eso explicaría Lucerna y Granada. No recuerdo nada de Granada salvo que me escapé de mis padres en La Alhambra y luego recibí castigo.

La vuelta

Entre Granada y el regreso a Buenos Aires luego de un mes y medio de viaje hubo una vuelta a París, un vuelo a Miami donde salís y llegás casi a la misma hora, un Orlando, un Disney, una intoxicación y más.

La sensación es que, a pesar de que tenía 14 años, no recuerdo demasiadas cosas de ese viaje. Gastaron mal la plata mis padres al llevarme siendo que no recordaba ni en qué lugares estuve?

Hoy tengo una hija de 5 años y ya tiene 3 viajes a Europa. Tengo clarísimo que no recordará nada de ellos cuando sea grande. Pero la vuelta al mundo con PanAm me «infectó» con el bicho. El mejor bicho del mundo. El de amar viajar. El de amar Europa. El de saber que usar el tiempo y el dinero en viajes es la mejor inversión posible en la vida.

Desde mi Primer Viaje a Europa no paré más y creo que recuerdo cada día y cada minuto de los cientos de viajes que hice desde entonces.

 

Gracias a mis padres por haberme llevado.

 

Por Sergio Mandelbaum

9 comentarios

  1. Preciosa historia.
    Alguien me puede explicar xq lloriqueo cuando leo relatos como este o el de @DinhaViajera
    Hermoso el recuerdo de esa escalera que te «separaba de los mortales» y todo el mundo iba a despedir (o a bienvenir cuando volvias)
    Mi primer viaje importante al exterior fue a la Habana en 1991 y me acuerdo patente de esa escalera y q me pico el bichito
    Recuerdo a mi vieja preocupada xq si cuando fuera grande no tenia plata para viajar me iba a volver infeliz
    GRACIAS VIEJOS, el viajar fue el mas lindo de los regalos!

    1. Esa escalera era un objeto de deseo. Sufría cada vez que la veía y no subía. Es decir, el 98% de las veces.
      Saludos Axel

  2. Sobre Primer Mundo no puedo dejar de contar mi mayor experiencia traumática en viajes que haya tenido nunca. Este año, en uno de los miles de tramos en tren, entre Colmar y Dijon (Francia), eran 2 trenes. Llegamos a Colmar temprano -porque yo siempre llego demasiado temprano a todos lados y es un gran motivo de pelea- y se me ocurrió tomar un tren anterior en el tramo Colmar-Mulhouse para tener algo de tiempo en Mulhouse y estar más tranquilos para el segundo tramo siendo que viajábamos con 4 valijas. Llega el tren al andén, como siempre corriendo tratando de subir todo, encontrar valijero disponible, por suerte iba súper vacío. Guardamos las 4 valijas, me saco la mochila, la apoyo en un asiento libre y me relajo a alta velocidad. En eso lo miro y le digo «dónde está tu mochila?» Y ME MIRA EN PÁNICO. La mochila no estaba, estábamos a 200km por hora en un tren sin paradas y la próxima estación -la nuestra- era a una hora. Me quedo con las cosas, no había un sólo guarda en todo el tren y el maquinista no tenía permitido abrir la puerta blindada para que pudiéramos explicarle. LA MOCHILA CON TODO EL EQUIPO FOTOGRÁFICO COMPLETO, medicación y demás había quedado, con suerte, en el andén de Colmar.
    Cuando bajamos en Mulhouse no sabíamos qué hacer. Él fue a la oficina de seguridad a tratar de explicarle al guardia francés, en inglés, la desesperación que teníamos. El guardia bastante amable llamó a Colmar, y después de minutos finalmente nos traduce que han encontrado una mochila similar a la que decimos en el andén. Que la pueden enviar en el próximo tren. El próximo tren llegaba 5 minutos antes de que saliera el que nos llevaba en el último tramo.
    Fue la peor hora de nuestras vidas. Ni siquiera sé cómo es Mulhouse. Cuando llegó el tren que creíamos que era, nos abalanzamos. Nada. Cuando se libera el andén vemos al guardia de la estación de Mulhouse con una mochila del Borussia colgada. LA MOCHILA. Nos estaba buscando en la salida del nuestro. Nos dio la mochila, no aceptó nada a cambio, y estaba TODO completa, pero habiendo sido revisada en su totalidad -lo sabemos por el orden de las cosas-
    Fue volver a nacer definitivamente. En Francia 2016.

    1. Por esas cosas amo el primer mundo, o mejor dicho, por esas cosas el primer mundo es primero mundo. De todos modos increíble que no hayas tenido un problema mayor justamente por los problemas de seguridad que aquejan ahora al primero mundo.
      Muy buena historia y muy parecida a la que conté arriba.
      Saludos

  3. Lo que me hiciste reir con la escalera al cielo es tal cual. Subías de a uno y saludabas (con vergüenza a los de abajo) como las reinas del carnaval o los maniquíes que ponen en los lavaautos!!!
    Evidentemente por eso debe haber fundido PANAM qué viajazo por tan poca guita!!!
    Cuando nos hospedamos en París en el Grand Hotel en el viaje de mi post (el mismo hotel donde Polanski rodó Fentic) yo tuve a los jugadores de Escocia en el mismo hotel! que borrachos nos corrían a las chicas x los pasillos y hacían dibujos con pis en la vereda totalmente borrachos… Una locura!!! Mirá que coincidencia!
    Nuestros hijos después se preguntarán por qué los llevamos a los lugares que elegimos y seguramente algo se van a acordar, no se si estaremos enteros para leer sus post, si es que los escriben o tal vez sea alguna tecnología más moderna o neurolingüística, ponele. Abrazo

    1. Muy graciosa la coincidencia, Dinha. Y sí, la escalera del Estuche de Ezieza era la escalera al cielo. Al mejor de los cielos.
      30 años después ese Estuche sigue casi igual, solo que se sube por otro lado. Habla muy mal de nosotros como país la falta de infraestructura y más en Ezieza con tantos proyectos anunciados y jamás ejecutados.
      Saludos y gracias

  4. Que gran Post. Que recuerdos de la escalera. Cuando era chico, mi papá encontraba cualquier excusa para irse a su España natal. Como no había plata para todos, se iba El. Mi mamá sufría, lloraba, íbamos 23 a Ezeiza y esta mal los 20 días. Hoy no me acompaña ni uno!! Con que pasión y angustia lo vivían. Jajaja luego la llegada, comida, ansiedad, carteles (no se lo digan a nadie) y mi viejo llegaba como si hubiese estado en Afganistán 6 meses… Cuanto cambió en tan poco tiempo… Abrazo grande y que no se corte esto

    1. jajajajaja que verguenza los carteles. Y es cierto, ahora nos volvemos en Cabify o en UBER.

      Abrazo querido

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