Categoría: #DestinosQV

#BloggeroQV

Crónicas de Tanzania, segundo día de Safari

Nuestro segundo día de safari comenzó siendo aún de noche. A las 5am sonó el despertador y llamamos por handy para que nos vengan a buscar porque de noche no se puede salir solo de la carpa. Sí, los bichitos están “ahí no más”. No, no hay ninguna reja o cerco que nos separe. Nos vinieron a buscar a la carpa, nos prepararon un café y unas galletitas, y en la oscuridad total se empezaron a ver a lo lejos las lucecitas de la camioneta que nos venía a buscar para llevarnos a nuestra próxima aventura: el viaje en globo. Ansiedad, adrenalina y un poquito de miedo con esto de estar en medio de la savana en plena oscuridad. Cuando llegamos al punto de encuentro, ya estaba saliendo el sol en el horizonte. Algunos trabajaban inflando el globo, nosotros sacábamos fotos y el piloto nos contaba cómo iba a ser el paseo. Aunque el viaje en globo pueda sonar romántico, el despegue y el aterrizaje no lo son. La canasta -que lleva hasta 16 pasajeros más el piloto- está acostada y nos subimos cual astronautas, cuando el globo aún no estaba inflado. Quedamos acostados, panza arriba, en la canasta, a la espera del despegue. Y eso fue fantástico: FLOTAR. De golpe, estás flotando en silencio, sólo se escucha el viento, y los ojos buscan bichitos que se asomen junto con el sol. No es la adrenalina del avión, la fuerza del motor, la presión del despegue… Es hasta natural. El viento, el aire y el calor llevándonos a pasear. No es volar, es FLOTAR. Ver el Serengeti desde arriba, flotando suavemente, descubrir jirafas entre los árboles, cebras, ver a los ñus despertando, las cheetahs -los mismos hermanos del día anterior- comiendo, es una experiencia imperdible. El sol que nos acompañó elevándose mientras nos elevamos. Una hora y media disfrutando la naturaleza desde el aire, pero allí, bajito, ahí no más, casi que sentis que los podes tocar. Y un aterrizaje un poco polémico. La canasta hace una suerte de sapito sobre el suelo y, finalmente, se acuesta, para dejarnos en posición de astronauta otra vez. Una vez en tierra, el piloto nos contó la historia de los vuelos en globo y compartió con nosotros la plegaria de quienes vuelan en globo: The winds have welcomed us with softness the sun has blessed us with its warm hands we have flown so high and so well that nature has joined us in laughter and set us gently back again into the loving arms of Mother Earth Esas seis líneas son la mejor descripción de un vuelo en globo. La experiencia fue magnífica pero el día recién empezaba. En tierra nos esperaban las camionetas para llevarnos a desayunar. En el medio de la savana, una mesa prolijamente preparada y un baño no tanto (eran solo tres lonas en forma de U, “a loo with a view”) esperándonos con café, jugos, tostadas, frutas y medialunas, compartir nuestra experiencia y disfrutar de la mañana. Panza llena, corazón contento y Nathan -nuestro guía- esperándonos para ir a Seronera. Seronera es una zona dentro del Parque Nacional Serengeti y, fundamentalmente, es la “casa” de los leopardos. Y allá fuimos, a buscar a los leopardos porque, al menos, el intento lo íbamos a hacer. Eran casi 2 horas de viaje en camioneta. En el camino vimos hienas (qué feas que son, pobrecitas), pumbas (jabalíes) más leones, más pájaros y casi llegando a la zona de picnic, estaba ella… La mamá leopardo con sus dos cachorritos, cómodamente durmiendo en la copa de un árbol. En la otra “habitación” del árbol, la presa atrapada poco antes que ya había empezado a ser comida y estaba resguardada de otros predadores. Siguiendo el camino nos encontramos con una leona descansando al borde del camino. Nos miramos, literalmente, a los ojos, a menos de 2 metros de distancia. Sí, así de cerca. Sí, así abrí yo también los ojos en ese momento. Llegamos a la zona de pic nic. Un paisaje bastante diferente del de la típica savana. En síntesis, era el fondo de pantalla de Windows: el pasto verde, el cielo celeste, nubes bien blancas, algún arbolito perdido… Almorzamos, fuimos a un baño de verdad y seguimos camino. Volvimos a ver a los leopardos -que como buenos gatos seguían durmiendo en el mismo lugar-. Mientras sacábamos fotos, mamá se despertó y posó majestuosamente para todas las cámaras que la esperaban. De allí, a ver a los hipopótamos en su charquito de agua. El olor a zoológico se siente a un kilómetro… Huelen así, no es mugre del zoológico. Retornando ya al campamento nos encontramos con algunas jirafas que decidieron que teníamos que esperar a que terminaran de comer para poder continuar el viaje. Luego, una manada de elefantes, mamá con sus largos cuernos, los más chiquitos escondiéndose entre las patas de los más grandes. Cuando ya casi dábamos por finalizada una jornada increíble apareció él: el Rey León, Simba, que no es ni más ni menos que león en swahili. El señor de la savana mostrando su imponente melena y sacudiéndose para demostrar la magnificencia de la Naturaleza. Estaba con su novia también, una hermosa leona joven que lo mimoseaba bastante. Breathtaking. Y al final, casi llegando “a casa” apareció una leona descansando y disfrutando del atardecer. Cuando se levantó nos dimos cuenta de que estaba preñadísima, casi a punto de explotar. Seguramente, mientras escribo esto en la gran ciudad, está escondida en algún arbusto, resguardando a sus cachorros de un mes de edad de posibles predadores. Llegamos al campamento, ducha de agua caliente, bondfire, picadita con vino sudafricano, cena riquísima y a dormir, agotados y felices después de otro día de experiencias magníficas e incomparables. Otra jornada inolvidable en los brazos de la Madre Naturaleza. Entre los ruiditos de animales que se escuchan a lo lejos, la oscuridad de la noche, la luz de las estrellas, en la gran savana, otro día termina…   Por @solesantos2

Leer más »
#BloggeroQV

Crónicas de Tanzania, Primer día de Safari

Tanzania, para sorpresa de muchos, tiene muchos parecidos con otros lugares que ya conocemos. Ya hemos probado algunas de sus comidas en Brasil, tal vez podamos comparar el color del mar con aquel de Tulum, Stone Town puede recordarnos a Doha… Pero el safari… El safari es una experiencia incomparable. Safari, en swahili, significa viaje. Y no hay palabra más adecuada. No es una excursión, ni un paseo, ni un tour. Es un VIAJE, como el de las drogas alucinógenas, dice la RAE. Un viaje a una dimensión que no conocemos, que no pudimos haber experimentado en otro lugar que no sea África. Nuestra estadía fue de tres días y dos noches. Salimos desde Arusha alrededor de las 7am y llegamos al “airstrip” de Ndutu cerca de las 9am, previa parada en Lake Manyara y de ver el Kilimanjaro y el Ngorongoro Crater desde el avión. Y las comillas no son casuales. Es una “banda limpia”, no es un aeropuerto. Tan sólo un pedazo de tierra sin árboles, con un poco de grava, aunque no está garantizada la ausencia de hienas o de ñus, ya que no hay un cerco, ni reja ni nada que divida la naturaleza del “aeropuerto”. Allí estaba Nathan, nuestro guía durante los tres días, esperándonos con su camioneta impecable (cómo hace para tenerla tan limpia con la tierra que hay?), nuestros mantos masai de un rojo intenso, la heladerita llena de bebidas frescas y unas galletitas caseras para darnos la bienvenida. Nathan nos propuso hacer un breve game drive antes de ir al campamento y allá fuimos, listos para encontrarnos con la naturaleza, con la esperanza de ver algún bicho grande, aunque sea a lo lejos. Se me siguen poniendo los pelos de punta de tan sólo pensar que a los 5’ minutos de dejar el “aeropuerto” nos empezamos a encontrar con unos pajaritos azul brillante (superb sterling) y sólo minutos después… los elefantes. Mamá elefante con toda su familia, incluso un bebé de unos 3 o 4 meses paseando por la savana y el chiquito jugando con las ramitas enroscandolas con su trompa (todavía no interpretó que mamá las come, pero la imita igual). Pocos kilómetros y minutos después nos encontramos con una manada de leones descansando a la pequeña sombra de un pequeño arbusto. Unos 7 u 8 leones durmiendo plácidamente. Detuvimos la camioneta para sacar algunas fotos y una leona se levantó y se dirigió lentamente hacia nuestra camioneta. Parálisis total. Nathan nos indicaba que no nos moviéramos y que no habláramos fuerte. Más parálisis. La leona se acomodó a la sombra de la camioneta (no, no nos quería comer, quería sombra) y se durmió. Después de no respirar durante algunos minutos y varias fotos después, decidimos contiuar el viaje. Se asustó cuando pusimos la camioneta en marcha y se fue en busca de sombra de otra camioneta. Sí, así de cerca se ven estos grandes gatitos. Durante el viaje, nos cruzamos con cientos de cebras y ñus siguiendo el camino del agua y buscando comida para pasar el verano. De allí al campamento, con mi ansiedad por encontrarme con el lugar donde iba a dormir las siguientes dos noches y, fundamental, el baño! Tenía terror de que se pareciera al campamento de la primaria, ese donde pasabas frío y tenías que caminar como 500 metros para llegar al baño que, con suerte, tenía agua, ni que pensar en agua caliente. Nada más alejado a mi recuerdo. Nos alojamos en Olakira, un campamento móvil, que sigue a la migración. En el verano está en el Serengeti South, ya que por allí pasa la migración de ñus y cebras, que van juntitos y mezclados como si fueran todo lo mismo. Si bien las habitaciones son carpas, son enormes! Tienen sommier, un cuarto contiguo con el baño y agua caliente a demanda (les pedís “majimoto” -agua caliente- y te llenan una especie de mini pelopincho que cuelga de la carpa para la ducha caliente). En la carpa hay incluso un escritorio, dos sillones, una mesita… Es una habitación pero con paredes de lona. Super cómoda. No hay calefacción ni refrigeración. La ventilación es natural a través de los mosquiteros y a la noche calientan la cama con bolsas de agua caliente porque, sí, se pone fresco a la noche. Almorzamos en la carpa-comedor, Nathan nos propuso descansar un rato en la carpa-lobby y alrededor de las 3 de la tarde salimos a hacer nuestro segundo game drive del día. Por la tarde, nos encontramos con jirafas comiendo plácidamente en el medio del camino, a las que esperamos que terminaran para poder avanzar, no sin antes sacar mil fotos. Nathan nos contó que había una leona que había tenido cría y nos propuso ir a buscarla. Allá fuimos. Y la encontramos. Ahí estaba junto con su hermana y una presa en un refugio de arbustos, donde los cachorros estaban protegidos. Apenas si se podían ver, tenían 3 o 4 días de vida y aún no habían abierto los ojos. Pero ya se los podía escuchar maullando y llamando a su madre. Dejamos a la reciente madre en paz y seguimos andando. En el camino nos encontramos con dos hermanos cheetah, indecisos entre cazar o dormir. Finalmente, buscaron un matorral donde se enroscaron (como hacen los gatos) y se dispusieron a dormir. Ya estaba cayendo el sol y en el parque no está permitido quedarse luego de las 18.30hs, por lo que Nathan nos sugirió que volviéramos al campamento. Cuando llegamos nos encontramos con un bondfire, un fogón con muchas sillitas alrededor para que todos los huéspedes compartiéramos nuestras experiencias del día, una barra donde preparaban bebidas frías y calientes, con o sin alcohol, y una suerte de parrillita donde preparaban “algo para picar”. No pude evitar experimentar los vinos sudafricanos que, modestia aparte, no le hacen sombra a los nuestros. Al ratito nos llamaron a comer y compartimos la cena y nuestras anécdotas del día con los demás huéspedes y los guías. Finalmente, a

Leer más »
#BloggeroQV

Crónicas de Tanzania, «Karibuni Tanzania»

Karibu! (Bienvenido) Karibu sana! (Muy bienvenidos) Karibuni Tanzania! (Bienvenidos a Tanzania). Mil veces escuché esta frase en 21 días y uno realmente se siente bienvenido. Los tanzanos son super amables y hacen todo lo que tienen a su alcance para hacer de nuestro viaje una experiencia única. Realmente quieren que nos sintamos bienvenidos. Lo que desde 1964 es Tanzania, era antes Tangarica (la parte continental) y Zanzibar (la isla que esté enfrente que, formalmente, se llama Unguja). Para ser sincera, hace mucho que tenía ganas de conocer África. Pero jamás se me hubiera ocurrido empezar por Tanzania. Siempre pensé en empezar por Sudáfrica (Parque Kruger, Ruta Jardín, etc.). Las vueltas de la vida me llevaron a Tanzania y realmente me sorprendió. Pero qué hay en Tanzania? DE TODO!!! Jamás imaginé la diversidad de lugares que hay para visitar, para recorrer, para disfrutar y para maravillarse. Ciudades, playas, safari, montaña, paseos en globo, trekking, buceo, windsurf, kitesurf y mil actividades más nos ofrece este fantástico país. Nuestro itinerario fue mutando un poco sobre la marcha pero les cuento cómo finalmente lo hicimos: Stone Town Kendwa Arusha Serengueti Mafia Fanjove Dar Es Salaam Vamos en este post con info práctica para organizar el viaje para aquellos que lo estén planeando y, en los próximos, con algunas experiencias que me gustaría compartir. Cómo llegar? Buenos Aires – Sao Paulo: Hay varias opciones, más baratas, más caras, eso es fácil de conseguir. Sao Paulo – Johannesburg: Por South African Johannesburg – Dar Es Salaam: Por South African, aunque hay otras opciones Otra opción es ir vía Etiopía, por Ethiopian Airlines. Según me comentaron, Ethiopian está por inaugurar una ruta directa Buenos Aires – Addis Ababa (capital de Etiopía). Dar Es Salaam – al resto del país: Acá hay varias opciones: Hay varias aerolíneas de cabotaje. Como son vuelos cortos, son aviones pequeños (Caravan), ojo los que tienen miedo a volar. Nosotros hicimos todos los vuelos por Coastal, es una empresa grande y tiene varios vuelos a cada destino todos los días. Otras opciones son Fast Jet (aunque me comentaron que no anda muy bien económicamente), Precision Air (hace vuelos más largos con aviones más grandes), Auric Air, Zan Air, Air Excel. Seguro que me olvido de alguna pero, como verán, opciones hay y muchas. Detalle importante: casi todas tienen una limitación de equipaje de 15 kilos por personas. Para llegar a Zanzibar con menos presupuesto la otra opción es ir en Ferry. La contra es que desde el aeropuerto de Dar Es Salaam hay que llegar hasta el puerto (un viaje que toma unas dos horas en hora pico porque el tránsito es un caos) y desde allí el ferry que nos deja en pleno Stone Town. Desde Dar Es Salaam y hacia el interior del país también se puede viajar en micro o colectivo. El micro es el servicio para turistas peeeero ir a cualquier destino lleva bastante tiempo porque el tránsito en las ciudades es caótico y en el interior las rutas no están en buen estado. Por ejemplo, desde el Kilimanjaro hasta el Serengueti son unos 500 km pero toma unas 12 horas en llegar. Para las distancias más cortas la otra opción es el dala dala, el “bondi” que usan los locales, bastante parecido a los colectivos de La Habana, sin puertas, ni ventanas, aunque super económico. Dónde alojarse? Hay miles de opciones de alojamiento. Muchas más de las que nos imaginamos. Hay hostels, resorts 5 estrellas, alojamiento tipo posada brasileña, campamentos, hay, literalmente, de todo. En temporada baja no es necesario hacer reservas ya que hay lugar en todos lados y se puede negociar el precio en el momento. En mi opinión, el alojamiento es caro en relación precio producto. Una posada linda, sobre la playa, con restaurant pero sin pileta, ni televisión, ni all inclusive, o sea, bastante básica, ronda los U$S 140 por noche para dos personas. Me resulta caro en comparación con los precios del Caribe. Un 5 estrellas -que también hay- ronda los U$S 500 por noche. Qué comer? Qué tomar? Cuánto cuesta? Como Tanzania tiene mucha influencia árabe usan muuuchas especias. “No pili pili” (sin picante), frase de cabecera para los que no estamos acostumbrados al chili mexicano. Más allá de eso, mucho arroz, pollo, pescados y mariscos, papa. Hay carne aunque no es muy buena. Pizza, pastas. Comer no es una complicación. Las bebidas: te dan agua mineral en todos lados. Luego, las gaseosas de siempre y muuuchas cervezas locales. Jugos de fruta (riquísimos), jugo de caña (saudades de Rio), algún que otro trago con frutas y vinos sudafricanos. En general, los precios de las comidas y bebidas no son caros. Una buena comida se hace con U$S 10 por persona, una gaseosa ronda los U$S 1,50 y una cerveza U$S 3. Incluso en lugares aislados donde te podrían matar con los precios, este es el promedio. Por supuesto, hay lugares más baratos y más caros. Qué hacer? Bueno, esta lista sería literalmente interminable. Vamos con los básicos en cada destino: Stone Town: recorrer la ciudad caminando, visitar Prison Island, visitar el fuerte, el mercado, House of Wonders, la feria de comidas. Kendwa: playa, playa y más playa, disfrutar el atardecer desde un dhow (barquito de madera a vela), hacer snorkel, buceo, visitar otras playas de la isla Arusha: base para ir hacia el Serengueti, a Moshi, a escalar el Kilimjaro Serengueti: SAFARI (el must del viaje), vuelos en globo Mafia: buceo y snorkel con tiburón ballena!!! Fanjove: relajar en la playa Dar Es Salaam: visitar la ciudad, bastante vida nocturna Hace mucho calor? Te mata el sol? No, no es para tanto. Hace calor, sí, estamos a pocos grados del Ecuador, pero es soportable. A la mañana suele estar nublado, aunque a media mañana sale el sol y no nos deja hasta que cae. El sol tampoco es tan tremendo, se puede estar al sol sin derretirse. La noche es cálida, a veces ventosa por la cercanía al mar, por lo

Leer más »
#BloggeroQV

Nos sobran motivos para amar a Roma

“¡Oh Roma! ¡Mi país! ¡Ciudad del alma!” (Lord Byron, 1788-1824)   Por allá por el 2012, recibí este artículo en mi correo electrónico: http://www.lanacion.com.ar/1478096-veinte-motivos-para-amar- En el mismo, la gente del diario La Nación sugería 20 motivos para amar a Roma. Y con mi amiga Piluchita (aka @Pili0909) rápidamente concluimos que la intención era buena pero que se habían quedado cortos. Bien intencionada Ginevra Visconti, la autora. Pero se quedó re-corta. Que digo corta, cortísima. Si en el 2012 pensé eso, imagínense ahora, con dos viajes más en mi mochila a la Ciudad Eterna. ¿20 motivos? TODOS los motivos. Nos sobran motivos, como dijo Sabina. Así que aquí reformulo una viejísima entrada de mi blog There and Back Again, para ir agregar más motivos para amar a Roma. Como buena #Romaholic – no que #Florencia no me guste … 😛 Dejo los 20 que sugiere el artículo. Y empiezo a sumar con el motivo de mi amiga Pili (#21), y lo dejo abierto para que el que quiera, agregue y agregue. Y si bien el uso de números romanos en la enumeración de Ginevra era apropiado, como yo creo que nuestra lista será ENORME, me paso a los otros, que no me acuerdo cómo se llaman.   Nos sobran motivos para amar a Roma: 1-20. Los de Ginevra Visconti, que no están nada mal! El heladito gusto baccio, saboreado al lado de la Fontana di Trevi. La tierrita histórica-contemporánea que se pega a tus pies en el Foro. Los increíbles puestos de frutas y verduras. La foto del muchacho sentado en la Fontana di Trevi (cualquiera de ellos – yo encontré al mío). Los colores de los laureles en flor en la ruta desde el aeropuerto al centro de la ciudad. El Cristo Redentor de Michelangelo en Santa María sopra Minerva, con ese taparrabos dorado. Los diminutos ascensores en los que luchás para acomodar valija, bolso de mano, y el propio cuerpo. La belleza … de los carabinieri. La novia de turno y su séquito, siempre presentes. Esos árboles cuyo nombre aparentemente no sabré jamás. La omnipresencia de Bernini y sus obras maravillosas. Las capillitas ubicadas cerca de San Juan de Letrán (Capella dei Sante Vergini e Capella dei Santi Martiri) El Trastevere. Todo. Enterito. Especialmente al caer la noche. La Via Bonghi. Ese bloque de piedra con forma de pie gigante que encontré por ahí Los mini-colectivos que circulan en la Villa Borghese El señor de los pantalones amarillos rabiosos – ese, que siempre aparece. Las inscripciones perdidas por ahí, en las piedras del Coliseo. Las terrazas floridas. La pizza de Pizza en Trevi. Los carteles publicitarios con sus correspondientes bicicletas. El conmovedor arte de las Galerías Borghese. El sabor refrescante de la Birra Peroni. Las iglesias – seas o no religios@. El atardecer en el Quirinale. Ese cartel sobre Romulo y un jardín, perdido en el Trastevere. Las Vespas. El rinconcito en el que se ubica el restaurante Arcano, per mangiare e sognare. La Scala dell’ Arce Capitolina. Esas imágenes religiosas que aparecen en las esquinas. Las marcas de los dedos de Plutón en el cuerpo de Proserpina. El bullicio de la Piazza della Rotonda a la noche. La diversión garantizada en la Villa Borghese: patines, bicicletas, triciclos … El azul del cielo y los rayos de luz que se filtran a través del óculo del Panteón. Las trattorias y sus coloridos manteles de papel. El griterío de los romanos, tan griterío de los argentinos. La Termini, que es horrible, pero es la Termini. Los sabrosísimos y TAN escasos ravioli de L’Antica Birreria Peroni, en la Via Marcello. El señor que castañas tostadas en la piazza de la Fontana di Trevi. Y la dejo ahí porque me faltan varias visitas para seguir buscando mis propios motivos. #quantoseibellaroma   Por @AllySotton

Leer más »
#BloggeroQV

ROMAHOLIC

Me gustaría compartir lo que me produce Roma. Mi favorita entre todas, con su ruido, desorden, caos, belleza, cultura, historia, estilo. Me encanta su color, todas las ciudades tienen un color, el de Roma es cálido, contenedor.   Escribir, que buen desafío. Me intimida, pero puedo hacer de cuenta que le estoy relatando peripecias de algún viaje a un amigo. Me gustaría compartir lo que me produce Roma. Mi favorita entre todas, con su ruido, desorden, caos, belleza, cultura, historia, estilo. Me encanta su color, todas las ciudades tienen un color, el de Roma es cálido, contenedor. Caminar y perderme en sus calles, descubrir esa Iglesia que no figura en las guías. Ir al Pantheon a las 8 de la mañana, cuando no hay turistas y admirarlo un rato largo. Y esperar justo la hora del mediodía para ver caer de forma perpendicular la luz del sol o la lluvia a través de su óculo. Animarme a tomar un ristretto sin azúcar en la  Tazza d’Oro. Valentía en su máxima expresión! Enojarme de vez en cuando, como cuando me dieron algún euro falso y desenojarme cuando por fin llegan los Fettuccine a la Carbonara o los Gnocchi Cacio e Pepe en l’Antica Birreria Peroni, con la suculenta jarra de su propia cerveza. O cuando por consejo de un taxista descubro una heladería chiquita por el Vaticano, que es, según él, «la mejor de todas» Paseo por el Ghetto, antiguo barrio judío, y cruzando el Tíber llego al Trastevere , haciendo denodados esfuerzos para no caer en algunas de las trampas para turistas, donde comer genial se transforma en un desafío interesante. Caminar, caminar, caminar, de eso se trata Roma, paso por el Circo Massimo, me encuentro con los Foros y de golpe, el Coliseo. Nada demasiado original,  pero si de emociones se trata, a mí me emociona. Creo que la sobredosis de arte que te ofrece la ciudad es hasta peligrosa! Sin ser Florencia, es muy fácil contagiarse del Síndrome de Stendhal!! Si, esa sensación de falta de aire. mareo, lagrimas a punto de caer, exageración? no lo creo.  Roma  carga con todo el peso de ser  junto con Grecia, la cuna de la cultura de occidente sobre sus espaldas. Ciertamente abrumador. Pero me olvido de la historia cuando llego a la Via Dei Condotti y me maravillo con las cosas que los comunes mortales no podemos comprar. Ahí me pregunto, como hacen los diseñadores italianos para hacer todo lindo?? Trato de no llorar demasiado y es justo el momento donde todo el mundo hace un alto y se sienta en las escalinatas de la Piazza di Spagna a ver pasar la vida, y yo hago lo mismo. Con  o sin azaleas. Entonces, emprendo el camino de regreso, sin olvidarme de pasar por la Fontana di Trevi para tirar una moneda de espaldas a la fuente con el único objetivo de volver.       Por @sanmaski1  

Leer más »
#BloggeroQV

10 TIPS para el viaje a Río De Janeiro

Río de Janeiro no es solo  sol y playa, aun que es la mejor parte. Muchos de mis conocidos me preguntaron sobre mi viaje a Rio, que vi que me gusto que recomiendo. Acá detallo todo lo que se sobre a Rio: En cuanto el alojamiento, mi consejo es quedarse en la playa de Copacabana o Ipanema, y que el hotel no tiene que estar mas lejos que 4 cuadras de la playa, sino ya ahí va a ser favela. Otros barrios (Lapa, centro, Flamengo, etc) son mas “ciudad”, no tienen playa. En Copacabana mas para el lado del Posto 5, a la noche se hace una feria y hay movida turística. Ipanema, es mas cara y tiene muchos negocios y lugares para comer. Es una linda zona para pasear; la playa en si me pareció mas ventosa que Copacabana. Ipanema Free walking tour: son circuitos gratuitos a pie y al final del recorrido se le da al guía una propina a voluntad. (Nosotros le dimos 20 reales cada uno). ahí mismo se ofrecen tours para la noche, nosotros fuimos al de cahipiriña y nos encanto. Nos llevaron a una cayaseria, luego nos enseñaron a bailar samba y después a un boliche con música variada. Escalera de Selaron en el barrio de Lapa El barrio de Santa Teresa: es un barrio que se esta poniendo muy de moda. Es un barrio bohemio, con casonas coloniales, lugares para comer. No tiene ningún atractivo especial, el barrio es el atractivo. Es el barrio que esta en un morro y tiene la estructura de una favela sin serla. ahí te lleva el bondinio es gratis y sale de los arcos de Lapa. Graffiti en el barrio de Santa Teresa desde el boninio Pan de Azúcar:  http://www.bondinho.com.br/site/es/precios-y-horarios/  es lindo ver la bahía de día o de noche. Morro de Urca: se puede subir con el teleférico, pero también se lo puede caminar. Para los amantes de treking es un lindo desafío. Ademas las vistas son increíbles. Es aconsejable llevar calzado deportivo (no ojotas) y algo de agua. Ir de día, porque cuando empieza a oscurecerse no se ve nada por la copa de los arboles. Atardecer en el morro Urca Cerro Corcobado/Cristo: http://www.corcovadoaovivo.com.br/ es una web que tiene la cámara en vivo del Corcovado. Antes de ir, chequear si hay buena visibilidad, sino no tiene sentido ir. Si van a reservar por AirBnb, para asegurarse de que el lugar es bueno, lean TODOS los comentarios abajo y contactarse con el dueño. Recuerden que te cobra por el servicio y no es reembolsable una vez que se abono y en dolares. Lo mismo para los hoteles. Si no tienen uno recomendado, traten de buscar info en Internet sobre el hotel. Y recuerden que muy rara vez las habitaciones se parecen a las fotos de la propaganda. Playas: no hay nada mejor que relajarse en la playa y caminar la peatonal a lo lado del mar. Realmente se justifica la fama que tienen las playas brasileras, y Copacabana es una se las emblemáticas. Copacabana   Por @ElCruceBlog Original en: https://blogelcruce.wordpress.com/2016/10/25/tips-para-viajar-a-rio-de-janeno/

Leer más »
#BloggeroQV

Recorriendo Francia en auto – Primera parte

El sentimiento del viajero es algo muy profundo, el conocer lugares y gentes nuevas es una experiencia muy intensa, la pasión por viajar me la inculcó mi viejo, yo contaba con 6 o 7 años cuando viajamos hasta Brasilia en un Fiat 1500, o el año siguiente a Cuzco yendo por los caminos casi inexistentes del Bolivia (año 1966 si la memoria no me falla) de ahí mi pasión por subirme a un auto y salir rumbo a lo desconocido, así fue el cómo comenzó nuestro viaje por Francia en auto el año pasado. Llegamos con mi mujer al Charles De Gaulle y nos subimos al coche previamente alquilado (si uno va a estar casi un mes arriba de un auto lo aconsejable es que sea un placer estar en el no una tortura, recomiendo siempre un buen auto en este caso era un Volvo v40). No estuvimos ni un minuto en Paris a la que dejamos para el final, pusimos rumbo a Poissy para visitar la Ville Savoye del maestro Le Corbusier, para luego saltar a Chartres donde aparte de otras atracciones esta la catedral más perfecta del Gótico Francés, una verdadera Maravilla. Alencon a pesar de ser una ciudad muy agradable solo la usamos para dormir. Al otro día el destino era Saint Ceneri le Gerei, prácticamente desconocido para el turismo, un pueblo que sirvió de inspiración para muchos pintores impresionistas y votado como el pueblo más lindo de Francia en uno de esos concursos que nunca faltan y de ahí a Mont Saint Michelle, el punto de Francia más visitado por los turistas, la belleza e implantación de este lugar es incomparable, con sus mareas que aislan la ciudad fortificada con el continente, ubicada en el límite de Normandía Bretaña. Bretaña es maravillosa desde Cancale y sus pescaderías en la costanera con ostras, cangrejos y langostas, hasta la señorial Saint Malo, una ciudad portuaria fortificada destruida en la guerra y totalmente reconstruida según sus formas originales, ahí aprendí que el nombre Malvinas, viene de los Marineros de ahí, ya que siempre navegaban por esas aguas (maluinos, más o menos así suena su nombre) acá surgió un cambio en el viaje yo tenía pensado ir a Fougueres una ciudad medieval fortificada pero mi mujer me sugirió ir a Carnac, cosa que le voy a agradecer eternamente. Carnac Carnac es uno de las construcciones megalíticas mas importantes del mundo, lo más importante son los alineamientos, son menhires puestos en fila durante kilómetros, no se sabe todavía muy bien con qué sentido, hay también algunos túmulos y dólmenes muy importantes, la otra construcción megalítica típica es el cromelech que serian dólmenes dispuestos en forma circular (Stonehenge). Valle de Loira El próximo destino era el valle del Loire y sus palacios, puse el pie en acelerador e hicimos un tramo largo sin paradas hasta que se hizo la noche, yo siempre pongo el GPS en modo evitar autopistas y camino más corto, cosa de entrar en caminos vecinales donde realmente uno más conoce, así caímos de noche en un pueblo muy chico llamado Coron, esta zona rural al no ser muy visitada tiene pocos hoteles, llegamos tarde a uno con restaurant pero el hotel estaba cerrado, la dueña una francesa rubia muy simpática, nos vio la cara de desesperación y abrió el hotel para nosotros y no solo eso a la mañana siguiente nos vino a preparar el desayuno y trajo a su hija que había estado estudiando en la Argentina, cuando nos fuimos salieron a la calle y nos despedían con los pañuelos, una maravilla. En el valle del Loire hay más de 50 palacios, se aproximaba una difícil elección, a cual ir. Nosotros nos inclinamos por Azay le Rideau, Chenonceau  (los mas lindos para mi gusto) y el Chambord el mas majestuoso por su tamaño y porque era el coto de caza del rey de Francia. Tomar un cafecito al atardecer abajo de un roble con el Chambord de fondo es una de esas sensaciones más parecidas a la felicidad.   Fin primera parte Por Daniel Gigena @danogi   PD: No soy el de La Nación, ese sabe escribir jaja

Leer más »
#BloggeroQV

Fray Bentos & Natalio Ruiz

La entrada de hoy trae una anécdota. Y una anécdota muy especial, por varios motivos. Primero, porque se remonta a mi primer viaje con mis amigas @Pili0909 y @MariaMarthaAC1. Segundo porque me lleva otra vez hacia el Uruguay, bello país. Y tercero, porque es una anécdota fantasmagórica. Sí, leyeron bien. No se asusten, prendan todas las luces de la casa y lean lo que aquí les narro. Corría el año 2004. Yo todavía daba clases particulares y un día, una de mis alumnas más fieles (¡y más queridas!) me dice: “Alejandra, con mi prima estamos pensando ir de viaje a Uruguay, ahora en julio. ¿No querés venir?”. Imagínense mi respuesta. Mi voto sí fue positivo. Y así, no sólo llegué al hermoso paisito de aquí al lado, sino que me gané dos amigas fraternas. ¿Y el miedo? ¿Y el terror? Ya viene, ya viene. Recién estoy en la introducción, che. Se nota que Uds no enseñan lengua. Salteo algunos detalles dado que a la fecha estoy 12 años más vieja y más desmemoriada. Pero, básicamente, salimos por tierras entrerrianas un día, muy temprano de mañana, y en el viejo y querido Palio bordó de @Pili0909. Entre mate y mate, como corresponde a verdaderas entrerrianas, recorrimos los 288 km que hay de Paraná a Gualeguaychú (o algo así), y de allí otros tantos 400 km hasta llegar al Puente Libertador San Martín que cruza el bello Río Uruguay. Todo bien, ¿no? No están pasando muchos nervios, ni subieron sus pies a la silla. Todavía. Luego de cruzar los 5365m del Puente – este que está acá, miren:   Luego de eso, digo, llegamos al puesto fronterizo. Y es aquí donde este relato se torna escalofriante – casi-casi al mejor estilo Stephen King, les prometo. El miedo fue in crescendo, en realidad. Todo se inició cuando mi querida, nunca bien ponderada amiga @Pili0909, conductora de ocasión, descubrió que no había caído en la cuenta de que iba a necesitar (y la cito textualmente): “un mísero papel verde que era la extensión del seguro a los países que integran el Mercosur”. Y si bien no era ”taaaannnn importante”, el mismo había quedado en su casita, cientos de kilómetros detrás. ¡Ah! ¡Qué espanto, mis queridos lectores! El señor gendarme, con una monstruosa puntillosidad, nos indicó que de ahí no pasábamos. Y eso que Botnia todavía no estaba. @Pili0909, sin embargo, movió uno que otro hilo, y logró que la gente del seguro del auto le faxeara (¡bendita tecnología!) los papeles y todo arreglado. El gendarme levantó la barrera. ¿Y la paura? Bueno, se viene el nudo de la historia, se viene. Los minutos se hicieron horas. Aún recuerdo el bello atardecer mirando lejos, ahí nomás, en el puesto aduanero. El cielo se tornó de un gris cada vez más oscuro. Caía la tarde. Invernal, por cierto. Y de pronto, penumbras. La noche … se perdió en tu pelo, la luna … se aferró a tu piel y el maaaaarrr se sintió celooosoooo … eeeh, perdón, perdí el hilo. ¡Ejem! Retomo el estremecedor relato. Lo de salir muy temprano a la mañana, ese día de julio, tenía un muy bien definido propósito. A saber: nuestro interés por llegar a Colonia del Sacramento también temprano. Pues la historieta en la aduana nos súper atrasó. Una vez de vuelta en la ruta, la noche se hizo presente. Y el drama también: NOS PERDIMOS. Cuentan por ahí que la ruta principal estaba siendo repavimentada, reseñalizada, o algo así. Y tuvimos que tomar por un camino alternativo, es decir, “nos desviaron a otra ruta horrible, impropia de Uruguay, sin señalización alguna”, al decir de mis compañeras de viaje. Así, en vez de seguir derecho, como indica el manual, tuvimos que doblar y a la derecha. Sobrecogedor error. Uno siempre debe virar a la izquierda. Sabíamos que algo iba mal, pero íbamos. Y, de repente, ahí, al costado, en la solitaria ruta, lo vimos. (Suban las patas, les digo). A la derecha, del lado de las acompañantes, apareció Él. No, mejor lo digo de otro modo, para no crear suspicacias ni generar malinterpretaciones. De la nada, nos encontramos ante la presencia de una especie de Natalio Ruiz, el hombrecito del sombrero gris. Sólo que éste era todo gris. Entero. Todo él: su vestimenta, su sombrero, y su piel. Paradito, quietito, al costado del camino, como una estatua de Carlos Gardel, esperando quién sabe qué cosa … Ante la espeluznante visión, las tres viajeras nos miramos las unas a las otras, y, al unísono, exclamamos: ¡¿Y eso qué fue?! Pero al girar nuestras cabezas y volver la vista, Natalio ya no estaba. Conmovidas por la aparición, aceleramos, en la búsqueda de ayuda para poder retomar nuestro camino hacia Colonia. Al volver, necesariamente pasamos por el lugar donde habíamos visto al hombrecito gris. Pero no había nada. De nada. Sólo la noche fría de julio.   [video_embed video=»uDVatuIgCrc» parameters=»» mp4=»» ogv=»» placeholder=»» html5_parameters=»» width=»700″ height=»400″]   Por @AllySotton    

Leer más »
#BloggeroQV

Me voy a Bonaire

Me voy a Bonaire. A dónde? A Bonaire. Eso es Brasil? No, ubicás Aruba? Sí! Al lado. Me colé en un viaje ya organizado a Bonaire y desde que saqué el pasaje ese fue el diálogo que tuve con cada uno al que le conté sobre el destino. Bonaire es una de las tres islas del “ABC” del Caribe. Aruba, Bonaire, Curacao. Antillas Holandesas. Enfrente de Venezuela. Pero cada isla es diferente de la otra. Aruba no necesita mucha presentación. Curacao es una isla principalmente industrial. Bonaire es una isla para bucear. Esta es la excusa de todos mis últimos viajes… Como si necesitáramos una excusa además de ver el mundo. Bonaire no es un lugar para ir “de vacaciones, a descansar, a tomar sol y tomar un daikiri”. Nada más alejado de la publicidad noventosa de L&M que por si no recuerdan, está acá: [video_embed video=»bzCP9Q6AFiA» parameters=»» mp4=»» ogv=»» placeholder=»» html5_parameters=»» width=»700″ height=»400″] La isla tiene pocas y pequeñas playas de arena, la mayoría son de coral, lo que dificulta el asuntito de “tirarse a tomar sol”. La idea es calzarse el neoprene y al agua! Y ahí es donde todo es maravilloso. Como es una reserva, los peces saben que están seguros y se quedan alrededor de los buzos como si fuéramos un cardumen más. Los colores abajo del agua son increíbles. La cantidad de vida. El tamaño de los peces. Todo es fascinante. Por primera vez, nadé con una tortuga mientras buceaba… Creo que eso pagó el viaje. Pero más allá de agua, la isla tiene un centro muy pintoresco. Con su estilo colonial holandés tiene todo: bares, restaurantes, negocios, regalerías, heladería, bancos, cajeros, hospital, todo lo que podemos llegar a necesitar durante un viaje. Hasta un fuerte que nos recuerda a los de Brasil, en Salvador, Natal y tantos otros lugares. Super recomendable Karel’s, un bar restaurante hecho sobre un muelle, donde podés cenar o tomar algo mientras ves los peces saltar abajo tuyo. Los precios no son nada caros. Dive Hut, donde nos alojamos, además de tener cocina en cada habitación, provee camioneta (para recorrer la isla y sus infinitos puntos de buceo) y aire ilimitado, para cansarte de nadar con los pececitos. También hay alojamiento de lujo (recientemente abrió un Marriot) y servicio VIP de buceo (donde lo único que falta es que pataleen por vos…), hay para todos los gustos y presupuestos. La moneda para los turistas es el dólar estadounidense y aceptan tarjetas en casi todos lados. El idioma oficial es el papiamento. El qué? Sí, papiamento. Una especie de portuñol mezclado con holandés / alemán / inglés, vaya uno a saber. Lo importante es que muchos habitantes de la isla hablan español y, sino, el inglés siempre es una solución. Por supuesto, indispensable jugar a aprender algunas frasecitas en un idioma nuevo: feliz ana novo, bon bini, bon dia, bon note, olá!, danki y el encantador “mi dushi” (mi amor). Cómo llegar hasta allí? Avianca tiene vuelos hasta Curacao vía Bogotá. Y luego, una aerolínea local, Insel, que por ahora funciona aunque no se sabe por cuánto tiempo más, conecta Curacao con Bonaire. Detalle no menor: siempre tiene demoras, así que ojo con hacer conexiones muy jugadas. No hay barco que conecte las islas, la única opción es por avión. No hace falta visa, ni vacunas, ni nada. Sólo se paga una tasa de conservación para la reserva de 25 dólares por buzo. La isla vive del turismo y de la sal, ya que exporta sal marina. Bonaire es un destino para bucear y mucho. De día y de noche. Si te quedas en la playa -donde más de una vez me quedé porque estaba estudiando para un curso de buceo-, ves gente salir del agua constantemente y llega un punto que no te imaginas la cantidad de gente que puede aun haber abajo disfrutando del 70% del planeta que muchos jamás vieron. Así que, amigos, si les gusta viajar y quieren conocer algo más que el 30% de este planeta que la humanidad habitualmente recorre, “bon bini a Bonaire”. pd.: Algunas fotos son mías y otras de mis compañeros de viaje. Si les interesa, les recomiendo ver más fotos de la página We Share Bonaire que está en Facebook. Por @solesantos2

Leer más »
#BloggeroQV

Tres imperdibles de Los Angeles

Los Angeles. Berverly Hills, el Paseo de la Fama, el Teatro Chino, el Dolby Theatre y la entrega de los Oscar, los estudios de cine.  No me referiré a ninguno de estos lugares. Solo decir que, por ejemplo, el Paseo de la Fama me resultó poco menos que decepcionante. A lo largo de algunas cuadras de Hollywood Boulevard, entre negocios venta de souvenirs, lencería erótica, pelucas coloridas, locales de café y hamburguesas, con mi esposa vamos encontrando (más literalmente, pisando) las estrellas de Hollywood, de seguro muchas de ellas ignotas para la mayoría de los visitantes extranjeros. Buscando alguna estrella conocida llegamos al Teatro Chino y a su lado, el Dolby Theatre. Dejo los comentarios a quienes les haya causado mejor impresión que a mí. Vamos a los imperdibles: Getty Center. El Getty es un centro cultural, un campus, un gran combo que alberga un Museo, un Instituto de investigación, la Fundación Getty  y un Jardín Central. El nombre corresponde a Jean Paul Getty, empresario multimillonario y coleccionista de arte y antigüedades, quien aportó los fondos a un fideicomiso para la construcción del centro inaugurado en 1997 y también sus obras de arte. Conocido por su fama de tacaño,  una terrible anécdota suele ser mencionada como ejemplo. Uno de sus nietos estudiaba en Italia cuando fue secuestrado en 1973 en Roma. Los secuestradores le pidieron 17 millones de dólares por el rescate. Getty se negó a pagar argumentando que tenía 14 nietos más y que si pagaba sería víctima de más extorsiones. Al no recibir respuesta los secuestradores enviaron a un diario la oreja derecha del nieto dando un plazo de 10 días de lo contrario le cortarían la otra oreja. Getty decidió regatear con los secuestradores y consiguió la liberación tras pagar 2 millones. Llegar al Getty Center no es tan fácil para el turista sin auto, deberá recurrir al subte y combinar con un colectivo, demorando alrededor de una hora y media desde el Downtown. No desistan, vale la pena. Al llegar un jardín con esculturas da la bienvenida y acceso a un tren interno que ladeando la montaña en pocos minutos nos deja en la puerta de entrada del Centro. Importante aclaración: el ingreso es gratuito. Al bajar del tren nos encontramos con una construcción moderna, con una escalera que nos invita a entrar y a sacarnos una primera foto. Superados los escalones descubrimos el   Jardín Central con vista a la ciudad de Los Angeles, que ya presagiábamos mientras subíamos en el tren, y el acceso al Museo. El Jardín Central constituye una obra de arte más del complejo; permite recorrerlo, disfrutando de la variedad de especies y colores. No es el único jardín, hay uno de cactus y crasas que no se puede dejar de visitar. El Museo tiene una importante colección de arte americano y europeo desde el Medioevo al presente. Destaco, solo por gusto personal, Los Lirios de Van Gogh, Goya con una escena taurina, Noche Estrellada de Munch y 5 obras de Rembrandt. Imperdible. Librería The Last Bookstore   Caminando por una de las avenidas principales, nos desviamos en una calle con un mercadito con puestos de frutas y verduras. Nada interesante por cierto pero al final de la calle nos encontramos con uno de esos pequeños atractivos que no suelen aparecer en las guías de viaje: The Last Bookstore. Librería de usado de dos pisos que sorprende por la decoración y la ambientación, de la que los libros forman parte. Una visita recomendada aún para quienes no sean fanáticos de la lectura o quienes no lean en inglés. Para estos últimos, en menor cantidad, al menos podrán encontrar discos y cds. La planta baja, más clásica, con estanterías, bibliotecas, sillones para leer (con cartelitos que aclaran: Please note: We are not a library. 1. One hour limit for using chairs and couches 2. No sleeping 3. If you damage the books, you buy them) y un pequeño escenario para presentaciones. El primer piso se transforma en un recorrido variado, con cuadros, objetos de arte, una gran bóveda de seguridad convertida en sala temática, un pequeño pasadizo de libros y mil detalles más. Una propuesta diferente, a costo cero. Imperdible. Walt Disney Concert Hall. No esperen encontrarse con Mickey o Pluto.  Walt Disney Concert Hall es una sala de conciertos ubicada en el Downtown y que, entre otras cosas, funciona como sede de la Orquesta Filarmónica de los Angeles. Lilian Disney, en honor a su marido Walt Disney donó 50 millones de dólares para una nueva sala de conciertos. Pasaron 16 años desde la donación inicial de Lilian Disney hasta su apertura al público en octubre de 2003. Su diseño estuvo a cargo de Frank Gehry, el mismo arquitecto del Museo Guggenheim de Bilbao; el museo fue construido antes pero que los diseños del WDCH son previos. No solo el diseño exterior es llamativo, con sus curvas de acero inoxidable. Su auditorio principal está realizado en paneles de madera (abeto) y provisto de luz natural, con una capacidad para 2265 personas. El público se ubica alrededor de la orquesta y sobre las butacas de la parte posterior de la sala se destaca un gran órgano que adquiere una posición central. Es reconocida como una de las salas con mejor acústica del mundo. Situado al lado del Dorothy Chandler Pavillon esta obra maestra de la arquitectura sorprende incluso a la distancia, mientras uno se acerca caminando por la Grand Avenue. Imperdible.   Por @MarcosTrappi

Leer más »
#BloggeroQV

Tour Nocturno de Buenos Aires Misteriosa II

En este artículo @Gabriela_Tre nos cuenta su experiencia en el Tour Buenos Aires Misteriosa II de @dmzigiotto. Un recorrido en bus contando historias de crímenes y leyendas urbanas por los barrios de Montserrat, San Nicolás, Retiro, Recoleta y Palermo. Buenos Aires Misteriosa II por Gabriela Tre. Hola a todos!!! Este es un breve recuento del tour nocturno de Buenos Aires Misteriosa II que tan amablemente cedió @dmzigiotto como premio para @quiz_viajero y del que fui ganadora. Muchas gracias a ambos por la oportunidad! Voy a dar algunas nociones de cómo se desarrolla el tour pero sin dar demasiado detalles para no quitarle magia para los que quieran hacer el tour por su cuenta, que desde ya lo recomiendo! Punto de partida Se parte en micro desde el Congreso y en esta versión (Buenos Aires Misteriosa II) se visita el norte de la capital: Balvanera, Retiro, Recoleta y Palermo. La guía, Romina, cuenta la historia del arquitecto italiano Vittorio Meano que fue encargado de comenzar con las obras del palacio del Congreso y del Teatro Colón que, por cuestiones que podemos llamar del corazón, falleció y no pudo terminar las obras. De camino a la segunda parada aprendemos el origen de la frase “quién se hace cargo del muerto”/”quién levanta al muerto” relacionada con el lugar donde está en la actualidad la sede central del Banco Nación. También se cuentan algunas historias sobrenaturales relacionadas al banco. La segunda parada fue en el Círculo Militar de Retiro, donde cuentan la historia del asesinato de Ricardo Alzaga a unos metros y las apariciones de ultratumba de Nicolás Levalle. Visita nocturna al cementerio de la Recoleta Luego, de camino al cementerio de Recoleta, Romina nos contó la espeluznante historia de Cayetano Grossi, que sacudió a la sociedad argentina hace más de un siglo, conocido como “el hombre de la bolsa” por el más horrible de los motivos.   Una vez en el cementerio de Recoleta, escuchamos las historias de la joven Luz María Velloso (la dama de blanco, que empieza muy romántica y termina en lo sobrenatural) y de Rufina Cambaceres, conocida como “la joven que murió dos veces” (de más está decir que no tiene final feliz). Esta fue mi parte favorita y, junto con mi novio, quedamos con muchas ganas de hacer el tour Buenos Aires Misteriosa III que se centra más en el cementerio y sus historias de miedo. Conclusiones Una conclusión que saqué de varias de las historias: qué bueno no tener mayordomos! Ya entiendo por qué Agatha Christie se centraba tanto en ellos en sus relatos de misterio… En nuestro caso hubo un grupo grande de chicos que, con motivo del cumpleaños de una de las nenas, fueron todos invitados al tour y la verdad me pareció un regalo muy original. Los chicos disfrutaron mucho y la verdad se portaron muy bien, así que me parece algo lindo y distinto para tener en cuenta. Romina, la guía, fue realmente muy amable y no tuvo inconvenientes en contar algunas historias no incluidas en el recorrido pero que surgieron de preguntas de los pasajeros. También echó luz sobre los mitos relacionados con la construcción del edificio Kavanagh y con el suicidio del arquitecto a cargo de la construcción de la actual Facultad de Ingeniería. Mito o verdad???? Tendrán que hacer el tour para enterarse! Gaby T. IMPORTANTE Si viajas al exterior desde Argentina, México, Chile, Uruguay, Colombia o Perú puedes ahorrar USD9,99 para tener internet en tu celular usando el código de descuento QUIZ123  comprando en HolaSim. Puedes ver más información al respecto en ESTE LINK. Además puedes obtener un gran descuento en seguro de viaje utilizando el cupón de descuento QUIZ123 en Assist-365.com y ahorrar mucha plata alquilando auto en cualquier parte del mundo con el cupón de descuento QUIZ123 en BookingCars.com. Encontrá más descuentos de QuizViajero en ESTE LINK. Otras actividades para hacer en Buenos Aires

Leer más »
#BloggeroQV

Alemania: el país más lindo del mundo

Cuando hoy surgió el post Italia: el país más lindo del mundo pensé.. NO. Y con valentía me enfrento a aseverar que el país más lindo del mundo es, para mí, Alemania. Mi romance físico con Alemania comenzó hace cinco años. Mi primer viaje a Europa. Una semana en Berlín. Una semana en Berlín me bastó para enamorarme perdidamente del idioma, la cultura, la idiosincrasia, LA COMIDA, la arquitectura, la infraestructura y todo. Todo me gusta. No conozco una ciudad fea. Estuve en más de 20. Ni siquiera Duisburg, a la que le tenía cero fe por ser industrial. Desde mucho antes admiraba la cultura, la historia, los cuentos medievales. Para un diseñador Alemania debería ser TODO. Le debemos a Gutenberg, a Dürer, grandes responsables de la existencia del diseño como tal; a la Bauhaus, emblema del diseño del siglo XX. El diseño alemán es todo lo que está bien en el diseño. Una semana en Berlín me alcanzó para saber que iba a necesitar volver siempre. Y siempre estoy necesitando. Y siempre que me pregunto «dónde quisiera estar ahora?» La respuesta es siempre la misma. Quizás varía la ciudad. Berlín no es sólo Berlín. Berlín + Potsdam es el encuentro con la riqueza Imperial. Sus majestuosos palacios se construyeron principalmente durante el período de Federico el Grande. Sanssouci, un emblema del Rococó, la Orangerie y el Palacio nuevo -del cual poco quedó original posguerra, son monumentos impresionantes que dejan sin aliento a los visitantes. Luego de la guerra, mucho de la ciudad quedó devastado -algo que pasó en casi todo el territorio- pero todo fue reconstruido con la precisión alemana, al punto de que si no te dicen nunca te darías cuenta que grandes partes  tienen, en realidad, no más de 20 años.   Hablar de Berlín en una línea es prácticamente imposible: cosmopolita, multicultural, abierta, alternativa, con más de 170 museos atrae a artistas de todo el mundo.   El segundo viaje fue Münich, Stuttgart, Frankfurt, Mainz, Köln, Hamburgo y Berlín, de nuevo, porque no habíamos conseguido entradas para la cúpula del Reichstag el año anterior. En esa oportunidad llegué a Bavaria por primera vez, me enamoré de seguramente el paisaje más hermoso del país y conocí Neuschwanstein. También, el espíritu fierrero me llevó a descubrir los museos de autos más importantes del mundo: BMW Welt en Münich, Porsche y Mercedes Benz en Stuttgart. El museo de Mercedes es, seguramente, el más impresionante y completo en su tipo, y además, un gran orgullo como argentinos: en la puerta te recibe una estatua de Fangio, y entre las joyas se encuentra el primer colectivo de La Perlita. Este viaje me permitió también conocer la ciudad que definitivamente elegiría para vivir: Stuttgart. La capital del estado de Baden-Wurtemberg -cuna de entre otros famosos, el múltiple campeón Michael Schumacher-, puerta de entrada a la Selva Negra, tiene unos 600 mil habitantes. Y más de 20 líneas de metro/tram. En transporte, nunca vi algo igual. El centro financiero del país, Frankfurt, me emocionó con el skyline más lindo de la región. En Mainz conocí el museo de Gutenberg donde se encuentra el ejemplar original de la Biblia de 42 líneas, con la que comenzó la historia de la impresión. La sensación de ver eso en vivo no la olvido nunca más. Köln, famosa por su puente y su Catedral de estilo gótico -que fue el edificio más alto del mundo hasta 1884- y es hoy en día la iglesia gótica más grande de Alemania y la Catedral católica más alta del mundo. Según la tradición, dentro de se encuentran las reliquias de los Tres Reyes Magos, que fueron traídas por Federico I Barbarroja en el S. XII. La Catedral de Ulm, por su parte, es la iglesia más alta del mundo. Hamburgo, el mayor puerto de Alemania y el segundo de Europa -detrás de Rotterdam- es una ciudad increíble. Alberga, además, Miniatur Wunderland, la mayor exposición de trenes móviles a escala del mundo. Con más de 11 mil metros de vía a escala y 4 mil metros cuadrados de superficie total,  contiene 900 trenes con un total de 12.000 vagones, 300.000 luces, 200.000 árboles y 200.000 miniaturas humanas, y hasta un aeropuerto funcionando con aviones que despegan y aterrizan. Además, se puede ver el paso de las horas, el día y la noche, y es un espectáculo único. La carrera de los Beatles se inició en Hamburgo. El año siguiente fue el turno de Leipzig, Dresden, Bremen , Hannover y Düsseldorf. Luego vendrían Schwerin, Lübeck, Duisburg, Darmstadt, Dortmund, Heidelberg, otra vuelta por Stuttgart con paseo por la Selva Negra y pueblos del Rin como Bacharach y St. Goar. Finalmente, Koblenz, Cochem, Trier, Nüremberg, Rothenburg ob der Tauber, otra vez Neuschwanstein (para verlo con sol), Friedrichshafen y todo el lago Constanza. Y hay lugar para muchísimo más. Alemania tiene: Los pueblos medievales más felices del mundo Con música por todas partes, un ambiente ameno y la sensación de estar en otro siglo, como Cochem, Bacharach.   Cochem ♥ pic.twitter.com/qObiaIjCKX — ladipalma (@ladipalma) December 17, 2016 Cochem ♥ pic.twitter.com/7hpqv2OZ0g — ladipalma (@ladipalma) December 17, 2016 Rothenburg ob der Tauber, la ciudad medieval mejor conservada del país, y también sede oficial de la Navidad. Más de 12 mil lagos. Entre ellos, el Lago Constanza Bodensee con 536km2 comparte frontera con Suiza y Austria y es, sin dudas, de los más lindos de Europa. Una ruta de Castillos única en el mundo La ruta del Rin romántico, con más de 50 años de historia, permite cruzar más de 70 entre fortalezas y castillos desde Mannheim (Alemania) hasta Praga, República Checa, en unos 1000 km. Entre los más importantes, se destacan: Stahleck en Bacharach am Rhein (hoy se puede dormir en este castillo ya que es un Hostel), el Castillo de Heidelberg, Hornburg, Neckarsteinach, Bamberg, Kulmbach y  Bayreuth. En las cercanías también se encuentran, el Castillo de Eltz (Koblenz), Drachenburg (Köln), Reichsburg (Cochem), Hohenzollern (Stuttgart) y el más famoso del país: Neuschwanstein. En el noroeste, el

Leer más »
#BloggeroQV

Italia: el país más lindo del mundo

Obviamente sobre gustos no hay nada escrito pero para mí, Italia es el país más lindo del mundo para hacer turismo y voy a argumentar. Fui cinco veces a Italia. En las dos primeras hice lo típico: Roma – Florencia – Venecia. La tercera fue increíble: Milán – Lago de Como – Portofino – Cinque Terre- Toscana (incluyendo Lucca, Siena, San Giminiano, 5 pueblitos más y terminando en Florencia). La cuarta maravillosa: Bologna – Lago di Garda – Bolzano – Padova – Vicenza – Venecia. En la quinta recorrí a fondo Sicilia y volví a Roma después de mucho tiempo. Además le agregué un toque en dos pueblitos increíbles cerca de la Toscana: Orvieto y Pitigliano. Por qué creo que es el país más lindo del mundo? Por estas razones: Tiene paisajes maravillosos y muy variados y todos recorriendo muy pocos kilómetros. Por ejemplo, en pocas horas podés salir del Lago di Como que es como estar en el sur Argentino pero (para mí), mejor…   Llegar al Mediterráneo a uno de los lugares más maravillosos del mundo como Cinque Terre, o Portofino donde se dan uno de los paisajes de mar más bellos de la tierra. Seguís viaje menos de una hora y estás en la Toscana con uno de los paisajes de campos más lindos del mundo, por sus ondulaciones, sus colores y sus siembras. Y en el mismo lugar encontrarte con elevaciones cuyas cimas albergan pueblos de 1500 años de antigüedad perfectamente conservados que ofrecen vistas inolvidables. Es decir, haciendo menos kilómetros que de Buenos Aires a Mar del Plata, pasaste por los Alpes y lagos, uno de los mejores mares, campos increíbles y colinas soñadas. Insuperable.   Es uno de los países más ricos en lo que hace a cultura y arte No es necesario explayarse sobre El Renacimiento. Nunca sucedió nada igual en la historia de la humanidad con el arte y todo sucedió en un mismo lugar: Italia. Es uno de los países donde se come más rico en todo el mundo No es sólo cuestión de Pizza y Pasta y Helado. Es cuestión de ingredientes y de variedad (pasa lo mismo que con los paisajes, en pocos kilómetros de distancia se comen comidas distintas y cada cosa es más rica que la otra). Las ciudades grandes Roma, Florencia, Venecia, Milán, Nápoles, Siena, Verona, Bologna y me olvido de tantas. TODAS maravillosas, ya sea tan solo para caminar sus callecitas o para apreciar su historia, su cultura, su todo. Los pueblitos Probablemente sea el país con más cantidad de pueblitos maravillosos y soñados. Para nombrar solo algunos: Bellagio, San Giminiano, Sirmione, Assisi, Positano (y la lista puede ser infinita). La infraestructura Las rutas y autopistas unen todo el país y son impecables. La red de ferroviaria te lleva a dónde gustes y si estás apurado vas en avión de donde sea a donde sea. Los italianos Gente amable, divertida, extrovertida, gentil con el turista y solidaria. La arquitectura Viajar a Italia es viajar en el tiempo. Por suerte las grandes guerras no destruyeron las ciudades como pasó en otras partes de Europa y por suerte los Italianos se ocuparon se conservar en buen estado toda su historia. No hay pueblo sin callecitas que te transporten al Imperio Romano o la Edad Media. Sumado a que El Renacimiento no solo fue cuestión de pintura y escultura sino también de arquitectura e ingeniería. El clima Tiene las 4 estaciones con inviernos que no son terribles (incluso yendo al sur en invierno se puede llegar a estar con poco abrigo) y veranos que no agobian. Además, la mayor parte del país tiene muchos días de sol al año. Por ejemplo, viajando a Italia la segunda quincena de septiembre es casi imposible que no te toquen días lindos. Los intangibles A veces alguien tiene todo lo objetivamente bello pero no hay piel. NO ES EL CASO CON ITALIA. Es imposible llegar y no sentirse a gusto, es imposible no sentirse como en casa, es imposible que no haya química.   Obviamente aparecerán excepciones: personas que no tuvieron química, personas que fueron maltratadas por italianos, personas a los que les llovió todo el día, etc. Todos esos serán las excepciones que confirman la regla.      

Leer más »
#BloggeroQV

New York City 2000 – El mundo cambió

En febrero del año 2000 tuve la oportunidad de pasar tres semanas en New York. Un viaje que hoy no se podría repetir, por varias razones. Para empezar, subí al avión con una pasta de dientes, algo que hoy está prohibido por los peligros que conlleva. De hecho una vez un amigo rellenó uno con wasabi. Otros motivos por los que ese viaje sería irrepetible: fumé en el aeropuerto, ingresé a los EEUU sin visa, fui a una fiesta en el piso 106 de las Torres Gemelas e incluso, en el vuelo de regreso hice algo por lo que hoy sería ultimado a balazos en el acto: luego de pasar tres veces por el detector de metales sin poder evitar que ese endemoniado aparato dejara de chillar a pesar de haberme quitado el cinto, el aro, un pin, el reloj y todo lo que llevaba en mis bolsillos, le comenté al policía: “No sé, debo haberme tragado una bomba”. Se rió. El viaje fue bastante extraño: durante casi toda mi estadía dormí en un garaje junto a otras 22 personas. Fue el hostel más económico que pude conseguir en la gran manzana, el “Chelsea Center”, en la 22st y la 7ª Av. Sólo alterné mi estadía de rata subterránea para -de forma bastante inesperada- pasar la noche en un lujoso semipiso cerca del Central Park con una mujer algo más grande que conocí en un bar al que había ido con mis amigos hosteleros. Por el resto, nunca dejé de ser un turista pobre. De hecho solía comer en la calle, ya que el poco dinero del que disponía lo usaba para ir a algún bar y con suerte ver alguna banda de jazz o blues tocar en vivo. En una de esas noches me tocó ver en vivo a Al Di Meola en el Blue Note. La temática no podía ser mejor: Homenaje a Piazzola. El lugar estaba repleto de cincuentones de mucha plata en las mesas y algunos jóvenes como yo, mirándolo desde la barra. La banda de Di Meola era tremenda y tocó muchos temas que él había escrito para Piazzola –al que nombró varias veces como “mi amigo Astor”-, cerrando el show él solo con su guitarra haciendo una versión emocionante y desgarradora de Adiós Nonino. Después del show me quedé charlando con alguno en la barra y me terminé mi Guinness ya caliente. Salí a fumar un cigarrillo a la calle, y el amigo de Astor estaba en la puerta conversando con sus músicos. Se me acercó y me ofreció una moneda de 25c a cambio de que le convide un Camel. Hicimos trato. No estaba como para andar regalándole cigarrillos a nadie.   Durante el día, caminaba. Caminaba, caminaba y caminaba. Mucho y por muchos lugares, mucho tiempo, muchas horas. El frío helaba esos dos centímetros cuadrados de cuerpo que no había conseguido tapar. A pesar de haberme criado en Bariloche, nunca en mi vida había sentido tanto frío. En algún momento llegué a pensar que tanto las bajísimas temperaturas de invierno como el exceso de calor en verano, son los que en verdad convirtieron a los neoyorquinos en los seres más consumistas del mundo. Yo mismo me descubrí entrando a un negocio con la excusa de husmear un poco, sólo porque ya no soportaba el frío. Y salí con una remera que no necesitaba. En una de las caminatas junto con un chileno –compañero del hostel- y una española residente que habíamos conocido en la fiesta de las Torres Gemelas, cruzamos el puente de Brooklyn. El viento te volteaba. La temperatura ahí debía estar como 10 grados menos que en el resto de la ciudad. A mitad de camino nos quedamos mirando desde ahí la estatua de la Libertad. Desde lejos y en medio de la grandeza de la ciudad, se la veía mínima. Como una diminuta muñeca de porcelana en medio de un aparador repleto de grandes trofeos. Mi comentario fue el de tantos otros la primera vez que la ven: “Me la imaginaba más grande”. La chica española me respondió: “Si… es la síntesis de la libertad americana: parece enorme, pero cuando vives aquí notas que no es tan grande como creías”. Ella trabajaba en una de las oficinas de las Torres Gemelas. Ni me acuerdo su nombre, pero desde el 2001 me pregunto si seguirá viva o no. En otras de mis caminatas, recorría el lower Manhattan con mi gamulán negro, gorro de lana, y un importante aspecto desarrapado, cuando me encontré con un grupo de tipos jugando hockey sobre patines en una cancha de cemento. De no haber estado ubicada en ese lugar, bien hubiera pasado por una canchita de fútbol 5. Uno de los jugadores vestía el conjunto completo de algún equipo profesional: buzo oficial, pantalón oficial, casco oficial, guantes oficiales… todo en un color verde oscuro y blanco. Los futboleros sabemos que el que va a jugar un picado con el equipo completo generalmente es un burro. Pero este tipo no jugaba mal. Y a pesar de ser muy alto, se le veía bastante agilidad para moverse. Físicamente se parecía mucho a Tim Robbins, que lo tenía presente por interpretar a aquel productor de Hollywood de una de las mejores películas Robert Altman: The Player. Días después, hojeando una revista estilo “Paparazzi” que había en el hostel, me encontré con una pequeña foto de ese mismo tipo, vestido con la misma ropa, parado en el mismo lugar y un epígrafe que decía algo así como “Tim Robbins, playing Street Hockey in Manhattan”.   Volví siendo otra persona de ese viaje iniciático por NY. Nadie vuelve igual después de visitar una ciudad así por tantos días. En ese tiempo viví muchas otras historias que podría seguir contando. Cómo volver con un disco autografiado de AC/DC  y haberle dado la mano a Angus sin que me baje la presión, visitar un club nocturno de strippers donde un tipo le tiraba fajos de ¡de $50 y $100 dólares a

Leer más »
#BloggeroQV

Enjoy Las Vegas

Desde que llegás te sorprende. Máquinas de juego por todo el aeropuerto. Las montañas a tu alrededor, la pequeña ciudad en medio del desierto que mirás para un lado están las pirámides de Egipto (hotel Luxor) pa otro y ves una mini New York (hotel New York), por otro te remontas a la antigua Roma (Ceasar Palace) o te sentís en París (Hotel Paris) con sus cafecitos y plazas. Así es Las Vegas.   La ciudad es pequeña pero deslumbrante. Podés encerrarte en los hoteles que en su mayoría tienen Casino y no enterarte si amaneció u oscureció. Podés ir a las piscinas que generalmente son una fiesta aparte. Habiéndonos hospedado en el Planet Hollywood la piscina era un mundo aparte. Sin conocerse los señores levantaban de la nada a upa a las señoritas y a la pregunta de » la tiro?» Las tiraban al agua. Mención aparte a la temperatura del agua ( helada) calculo que a propósito para despabilarte un poco de la borrachera q muuuuuchos tenían.     Si te cansás de la pile podías ir a caminar por el mall q está abajo del hotel con grandes marcas y con un techo que simula al cielo y hasta a la lluvia en determinados momentos!!!   Paseo obligado al atardecer caminar por la Srip así le llaman a Las Vegas Boulevard calle principal en la que se ubican los hoteles más importantes. Podés ir de un hotel a otro, entrar recorrer su lobby, casino, mall vas del Bellagio al Paris al Ceasar al Aria y todos los que quieras ya q no te cobran entradas.   Podés comer a la noche en algún resto sobre la Strip, para mi el mejor está frente al Bellagio viendo mientras comés su fabuloso espectáculo de aguas danzantes.   También tenés espectáculos nocturnos, algunos más económicos como el Tributo a Michael Jackson en el Hotel Esfera o el espectáculo más maravilloso de Las Vegas en el hotel Wynn «Le Reve» con una entrada bastante cara. Si te gusta comprar y barato es un excelente lugar. Tenes dos mall Premium Oulet con todas las marcas y excelentes precios.   Mención aparte la salida al Grand Canyon en helicóptero. Te vienen a buscar, te llevan al helipuerto y arranca la aventura que sale desde 350 dólares en adelante. Nuestra opción era con vuelo sobre Represa Hoover y bajar a comer en el Grand Canyon. Un lugar alucinante e indescriptible.     De ida y de vuelta súper recomendable el Centurión Lounge de LAS. ENJOY LAS VEGAS       Por @andymarrero

Leer más »
#BloggeroQV

Los músicos de Bremen

Cuando era chiquita no me podía dormir sin que mi mamá me leyese un cuento. Más o menos como a todos. Pero el tema es que quería siempre el mismo libro: Cuentos de Hadas de los Hermanos Grimm. Cuando el libro se terminaba, se lo hacía repetir. Hasta el hartazgo -de ella-, y la felicidad, mía. ¿Vendrá de ahí mi amor por Alemania y mi sueño de conocer Bremen? Los Hermanos Grimm fueron tres, nacidos en cuna burguesa en la ciudad de Hanau, Hesse, Alemania, hacia fines del 1700. Dos de ellos, Jacob y Wilhelm, si bien se hicieron célebres por sus recopilaciones de cuentos para niños, también lo fueron por la investigación lingüística y sus aportes en el estudio de la gramática y la historia de la lengua alemana. Los «Cuentos de la Infancia y del Hogar» –Kinder- und Hausmärchen-, conocidos más tarde como «Cuentos de Hadas de los hermanos Grimm», fueron una recopilación de historias de la tradición oral alemana publicadas en dos volúmenes en 1812 y 1815. Entre ellos se encuentra «Los músicos de Bremen». Y supongo que de ahí Bremen quedó en algún lado de mi inconsciente, tapado por la adolescencia y la Universidad, hasta la hora de ver incansablemente el mapa de Alemania y redescubrir ese nombre que estaba tan guardado en mi memoria. Bremen es una ciudad de ensueño. Una aldea del medioevo remasterizada con música por todas partes. Desde la famosa escultura de sus músicos emblemáticos, la plaza del mercado, las callejuelas medievales, la Catedral, la ribera del Weser y un ambiente animado y alegre. Bremen se siente a distención.. con el ánimo despreocupado, casi musicalmente, se mueven los peatones a través del centro histórico y las diferencias entre las construcciones antiguas y modernas parecen convivir en paz. El máximo símbolo de Bremen, o el que seguramente todos buscamos siguiendo las andanzas de los Hermanos Grimm, se encuentra al costado de la plaza principal -marktplatz- al oeste del Ayuntamiento: la escultura de los animalitos músicos, que fue realizada en el año 1953 -bastante moderna por cierto. Los músicos de Bremen eran cuatro: un burro, un perro, un gato y un gallo, cuyos dueños consideran que por su vejez ya no son útiles más que para consumir comida y deciden sacrificarlos. A todo esto.. hermoso cuento para niños, ¿no? Cada uno de ellos logra huir de sus respectivos dueños y se encuentran casualmente en camino a Bremen, donde sueñan con convertirse en músicos. La plaza central cuenta con la también famosa Estatua de la Libertad de Roland de Bremen, símbolo desde 1404. En 2004 fue nombrada, junto al Ayuntamiento de Bremen -uno de los mejores ejemplos de arquitectura gótica de Europa-, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La estatua original era de madera, pero en 1366 fue quemada por unos guerreros. De ahí que en 1404 se colocó la actual, que es de piedra. Napoleón se la quiso llevar como trofeo durante la ocupación francesa, sin embargo, los ciudadanos lo convencieron de que tenía poco valor artístico. La leyenda dice que la ciudad permanecerá libre e independiente siempre que la estatua se mantenga en pie. Por esta razón, el ayuntamiento guarda en su sótano una réplica exacta, que podría utilizarse como reemplazo en el caso de que cayera la original. En la misma plaza, se encuentra también la Catedral, dedicada a San Pedro, que es de credo Evangélico, de estilo gótico primitivo del Siglo XIII, cuenta con cinco órganos. Además, cuenta con un claustro con una escultura dedicada a Santiago Apóstol, porque Bremen se encuentra en el Camino de Santiago de esta zona de Europa. Caminando desde la marktplatz, llegamos al barrio de Schnoor -en alemán, cordón/cinta, por tratarse de un enjambre de casas como atadas-. Es el barrio más antiguo de la ciudad: antigua sede de marineros y mercantes, hoy es lugar de tiendas y artesanos. La estrechez de las calles que imposibilitaba el tránsito, junto con la antigüedad de las casas, hicieron que esta zona durante el siglo pasado fuese un barrio pobre. Sin embargo, en los años 60s se comenzó a rehabilitar, conscientes del valor histórico, hasta convertirse en lo que es hoy: un lugar imprescindible de visitar. La Böttcherstraße es una calle que, con tan sólo 100mts. es parte del símbolo de la ciudad. Con sus edificaciones construidas en los años 20s, tiene un peculiar estilo arquitectónico relacionado al expresionismo. La historia de la callejuela, sin embargo, se remonta al medioevo: era la conexión principal entre la plaza del mercado y el río Weser, tradicionalmente habitada por toneleros (Böttcher).   Finalmente, la ribera del Weser -Río que baña a la ciudad- es conocida hoy como la milla de oro de la gastronomía, con cervecerías y terrazas que se colman durante los veranos.   ¿Recomendaciones? Los souvenires son carísimos en Bremen -no encontré mucha explicación a esto.. así que si vas a andar por varias ciudades, no es necesario llevar nada de aquí, no? A menos, claro, que seas un fanático de los Hermanos Grimm y no puedas evitar llevarte un cuento (los hay de todas las formas, todos los idiomas, incluso traducidos al español) o una réplica de la estatua. Comienzo de la primavera >> calor!! Fue el único sitio en el que tuve que comprarme una ropa realmente ligera porque el calor era insoportable en el día, algo no tan habitual en la zona. Pero por suerte en Alemania siempre hay Kaufhof cerca 😉   Por @ladipalma   PD: Algunas fotitos de mi libro de cuentos original favorito que por supuesto mi madre conserva.

Leer más »
#BloggeroQV

Nouvelle Année 2013 en París

“Y si nos vamos a pasar año nuevo a París?”. En ese instante el bizcochito Don Satur® que tenía entre dientes se fue derecho a mi tráquea generando generándome bruta tos. La idea me encantó, pero me fui forzado a aclarar “Mira que no tengo un mango, eh” y ahí fue el momento en el que recibí el mayor de los regalos navideños adelantados cuando oí la frase “Vos organizalo que yo invito”.   La Sorpresa Inicial Se estaba cerrando el año 2013, estábamos a mediados de octubre cuando en el trabajo decidieron, a modo de limpiar las horas extra adeudadas, “regalarnos” los días 30/12 2/1 y 3/1. Con la sorpresa que ese Mega hueco en mi agenda me había generado me fui muy campante a tomar unos mates a lo de mis viejos. Lo que no sabía es que ese día me depararía más sorpresas. Al contarlo, entre mate y mate, mi padre, un hombre nacido junto con el año, odiador de sus cumpleaños y amante de sus raíces galas, esbozó “Y si nos vamos a pasar año nuevo a París?”. En ese instante el bizcochito Don Satur® que tenía entre dientes se fue derecho a mi tráquea generando generándome bruta tos. La idea me encantó, pero me fui forzado a aclarar “Mira que no tengo un mango, eh” y ahí fue el momento en el que recibí el mayor de los regalos navideños adelantados cuando oí la frase “Vos organizalo que yo invito”. Imaginarán lo poco que dormí esa noche. A mi juego me habían llamado, aproximadamente a las 3 am ya tenía organizado el viaje para hacer PARIS – BRUJAS – AMSTERDAM con los aéreos pre seleccionados, hospedaje en Paris apalabrado, 4 hoteles reservados en cada una de las otras ciudades y los trenes ya analizados. Los días fueron pasando, me fui juntando con mis viejos tratando de adaptar el itinerario del viaje a los gustos y necesidades de cada uno de los 3 viajeros. Para mediados de noviembre ya el viaje tenía forma, color y cuanto adjetivo se les ocurra. Iríamos el 27 a Paris vía KLM, previa escala en Ámsterdam y regresaríamos desde la capital holandesa en vuelo directo el 5/1 un itinerario nada despreciable. Claramente en el viaje operaria de Guía Turístico / GPS / Guardián del itinerario / Interlocutor / etc. Llegando a La France Llegado el 27/12 a la salida del trabajo me fui para Ezeiza donde me encontré con mis viejos, era una tarde de mucho calor y yo con la campera en mano previendo el frio q me esperaba en Paris. Por suerte el vuelo paso sin pena ni gloria, ambos vuelos llegaron en horario y el equipaje llego a destino como se esperaba (y suele pasar). Conseguí un departamento a 6 cuadras de la Tour Eiffel, para los 5 días en Paris, estaba emocionado con ir por primera vez a la Ciudad Luz, pero confieso q no le tenía mucha fe a la torre… el año anterior había pasado por Pisa y la famosa torre me gustó pero “meh”, honestamente esperaba lo mismo de la dichosa estructura metálica. #SpoilerAlert!!! QUE EQUIVOCADO ESTABA!!! Llegamos de noche, tomamos el tren, luego el subte (o Metro como le dicen en dichos lares) y bajamos en la estación Invalides, luego de varias escaleras salimos a la superficie encontrándonos en un parque amplio llamado Esplanade des Invalides, yo venía concentrado en el mapa, las referencias q tenía en el celular, la dirección del departamento, el equipaje y demás variables. Una vez analizado todo levante la vista buscando alguna referencia para orientarme y si… ahí la vi… me miro… nos miramos… me gustó… una estructura metálica toda iluminada de un color anaranjado / amarillento se erguía sola, por sobre todos las casas de la zona, aun no nos conocíamos y ella ya me estaba obrando de faro. Guardé todo mapas papeles y demás y empecé a caminar atraído hacia ella, ya me había olvidado del frio, el hambre y el sueño… quería ir hacia la torre. Por suerte esa era la dirección que teníamos que tomar. Llegamos al departamento, hicimos los trámites pertinentes tiramos todas las valijas y nos fuimos derechito a verla de cerca, nunca olvidaré las imágenes que grabé en mi retina. Los días subsiguientes recorrimos Paris y Versalles con un sorprendente buen clima, ni un día nos sorprendió un bajo 0 y solo llovió un poco el 30/12, increíble para las estadísticas de la ciudad. Voy a dejar para las guías tradicionales las atracciones principales y los lugares que tienen q recorrer si o si. Acá tan solo tratare de contarles esas cosas q me generaron algo especial, algo lindo, digno de ser compartido. Visitamos infinidad de museos pero quería destacar el que para mí es el más lindo de la ciudad aunque no el más famoso, el “Musee D’orsay” una estación de tren a la vera del Sena que fue reconvertida en museo impresionista, arquitectónicamente es PRECIOSO y tiene una de las obras que más emoción me han generado la “Noche estrellada sobre el Ródano” de Vincent Van Gogh. Como si fuera poco el museo tiene en su último piso un café desde el cual se puede ver toda la ciudad a través del reloj de la estación. Dentro de la temática eclesiástica sólo se me ocurre recomendar que no dejen de ir la Saint Chappelle, una capilla cerca de Notre Dame que tiene todas las paredes recubiertas de vitrales. Es increíble como queda iluminada al pegarle el sol con todos los colores jugando entre sí. Otro lugar con mucha magia al que fuimos fue el barrio de Montmartre con su emblemática iglesia Sacre Coeur, afortunadamente una amiga me recomendó entrar por “detrás”, ir en sentido opuesto al grueso de los turistas, empezar por la estación de Lamarck en lugar de hacerlo por Anvers. La verdad fue un consejo muy acertado, nos permitió conocer el barrio con muchos menos turistas y poder sentirlo un poco más en su esencia. Mi

Leer más »
#BloggeroQV

La mejor tortilla de Buenos Aires

En base a este post de Virginia, recordé uno que había escrito en mi antiguo blog sobre mi comida preferida: la tortilla. Lo comparto acá:   Está bien hablar de gastronomía en un un blog de viajes? No lo sé pero puedo forzar un poquito la respuesta para justificarlo: Parte esencial de un viaje es comer, o mejor dicho, probar la comida del lugar que visitamos. Qué diferencia hay entre hablar de la comida de un lugar al que viajamos o la arquitectura de ese lugar? si escribo sobre los paisajes de una región de algún país debería abrir un blog de montañas? Tan ligados están la gastronomía y el turismo que muchos viajantes hacen toures gastronómicos o visitan países o regiones simplemente para conocer sus sabores. El problema con todos estos argumentos es que me estoy refiriendo a la mejor tortilla de la ciudad a donde vivo y encima, queda a 2 cuadras de mi casa. Así que hablaré de un lugar muy especial al que recomiendo mucho ir a comer la tortilla, ya sea porque estás de visita en Buenos Aires o porque vivís acá. Me refiero al Centro Montañés de Buenos Aires también llamado Casa de Cantabria o conocido como el Club Montañés. Está ubicado en una cuadra muy rara en la calle Jorge Newbery entre Cramer y Conesa. No se sabe bien si es en el barrio de Colegiales o Belgrano, y apenás a 4 cuadras de Palermo Hollywood pero totalmente desconectado a esa zona. El Centro Montañés es en realidad un típico club de barrio de la comunidad cantábrica en Buenos Aires que data de la época de la inmigración española en Argentina y la necesidad de las distintas comunidades para ayudar a la adaptación de sus inmigrantes. Yendo a lo realmente importante, la tortilla es mi comida preferida de todos los tiempos. He probado tortillas de todo tipo y en todo lugar. Siempre habrá una tortilla casera de algún familiar que será la más rica del mundo, pero no todos podemos ingresar en las casas de abuelas ajenas. Así que en lo que se refiere a Restaurantes, además en Buenos Aires, y además de precios razonables, puedo afirmar con seguridad que la tortilla de papas, sin cebolla, sin chorizo colorado y a punto (ni babé ni cocida), es la mejor de Buenos Aires y compite palmo a palmo con las mejores que he comido en distintos lugares del mundo, incluyendo la propia España. A esto hay que sumarle varias cosas que me parecen importantes: El lugar es muy lindo, muy cómodo, las esas están bien separadas, de día es muy luminoso, de noche es bien agradable. La atención es excelente, te hacen sentir como en casa. Además hay una hermosa barra alejada del salón con mucha madera que la hacen muy cálida. Si bien este no es un blog de gastronomía, como fanático de la tortilla de papas sin cebolla, sin chorizo colorado, ni cocida ni babé, recomiendo muchísimo ir al Centro Montañés a probarla y a pasar un buen rato. Cuando voy, el mozo ya me conoce, y al traer la tortilla la mesa, antes de servirla la corta, la abre, me la muestra, yo le hago un gesto afirmativo con mi cara, y luego la sirve a todos los comensales. Y por unos instantes muy felices, me hace sentir un sommelier.   ACTUALIZACIÓN: Desde que publiqué el post, los usurarios opinaron dónde se come la mejor tortilla según ellos. Acá va la lista de los lugares sugeridos: Varios dijeron MIRAMAR. En San Juan y Rincón. Alguién más la probó? habrá que ir. Santa Lucía. En San Juan y Combate de los Pozos Centro Asturiano: Av Libertador 981 El Obrero: Agustín R. Caffarena 64 Tancat: Paraguay 645 El Bar de Cao: Independencia 2400. Pontevedra: San Lorenzo 2390 (pero de Mar del Plata) Yo agrego estos 2 lugares donde también he comido una excelente tortila: El Imparcial: Hipólito Yrigoyen y Salta Salgado: Velasco 401 (gran lugar para comer más allá de tortilla) Seguiremos investigando.  Gracias por los aportes a @Gus_Noriega, @facupg, @atenea2604, @lenaleiv, @meetMeAtMontauk, @Mixtrader y @PabloMCabello   Foto: Centro Montañés en Jorge Newbery 2818. Crédito de Casa de Cantabria    

Leer más »
#BloggeroQV

Momentos de quietud en Los Ángeles

¿Vieron cuando sentís que el tiempo se detiene? Sin darte cuenta, perdiste contacto con lo que te rodea y te perdés en algo… no importa en qué, pero perdés conexión con todo, salvo con ese “algo”. Y no hablo del momento buscado, como cuando lees un libro, un post, o escuchas música. O de los momentos en los que querés que se detenga el tiempo, como cuando estás maravillado con algo pasandola super bien con alguien. Hablo de los que suceden sin que lo esperes; de los momentos que te envuelven como en una capa de invisibilidad, te aislan de todo y te das cuenta que pasó cuando el momento terminó. De esos hablo… En mi reciente viaje en solitario por Los Ángeles me pasó, creo, dos veces (o al menos eso recuerdo). Y uno en particular es lo que me lleva a escribir este post. Había subido caminando hasta el Griffith Observatory, me había deslumbrado con ver la ciudad desde las alturas, con el mismisimo observatorio y sus cúpulas, con el cartel de HOLLYWOOD mas arriba sobre la montaña… Todo esto ayudado con un sol que empezaba a caer y nos regalaba unos colores espectaculares. Después de ver todo desde los miradores del edificio, decido caminar sendero arriba, tratando de llegar un poco más alto y un poco mas cerca del famaso cartel. Ese día hacía calor, pero no impidió que varias parejas y grupos decidan subir, botellita de agua en mano. Después de subir un trecho, me encontré con un descanso; un rectangulo de ¿marmol? de “The Tiffany&Co Foundation Overlook” te invitaba a sentarte y disfrutar de la vista, y así lo hice. Eran, aproximadamente, las 4 de la tarde de un día caluroso. Me sente y observe la ciudad que empezaba a bañarse por el naranja del sol que bajaba; el observatorio, inmenso sobre una planicia en la montaña; el cartel, blanco, en contraste con la vegetación del lugar… y de repente, delante de mi, a contraluz, una pareja camina por un sendero, que desde mi perspectiva parecía que estaba formado por un camino de no más de 3 metros de ancho… Parecía que caminaban por el borde de la montaña y se acercaban al final del camino. Los vi llegar al final. Los vi abrazarse para la foto (selfie, obvio). Después él le sacaba fotos a ella, que levantaba los brazos fesejando frente al lente. Los vi ahí, mirando todo a su alrededor… No se cuanto tiempo estuve mirándolos. Ese fue mi momento de quietud. Si no fuera porque no quería que me agarre la noche ahí arriba, me hubiera quedado mirándolos más tiempo, hasta que se fueran… Y las dudas de la chusma: ¿son pareja? ¿Hermanos? ¿De dónde serán? ¿Cómo llegaron hasta ahí? ¿Por qué habrán elegido ese camino? ¿Lo eligieron? Les saque unas fotos y emprendí el regreso; cada 10 metros giraba la cabeza para saber si seguían donde los había “abandonado”. Estuvieron ahí, al final de ese camino, hasta que los perdí de vista.   En la vorágine de la rutina y de las grandes ciudades uno pierde estos momentos, pero siempre es lindo encontrarlos, sea donde sea que estemos. Ojalá ustedes los tengan, y los reconozcan, y los disfruten… Mar.

Leer más »
#BloggeroQV

Descubriendo Capadocia

Cuando vi por primera vez las fotos de decenas de globos volando al mismo tiempo sobre el terreno volcánico de Capadocia supe que algún día yo estaría en uno de esos globos. Capadocia es el nombre de una región en Turquía, la cual está formada por varias provincias como Kayseri y Nevsehir. Esta región es famosa por su geografía, ya que su paisaje contiene formaciones volcánicas, lo que lo hace tan atractivo y único del mundo. Después de leer varios blogs y páginas con información sobre Capadocia, el viaje fue tomando forma y finalmente en Febrero de 2016 festejamos nuestros 5 años de casados volando en globo por la Capadocia. Dado que solo teníamos 2 semanas de vacaciones y decidimos recorrer Turquía y Grecia en el mismo viaje, solamente destinamos 2 noches en Capadocia. Por tal motivo 4,45 am nos paso a buscar un taxi por nuestro hotel en Estambul para llevarnos al aeropuerto de S. Gocken (SAW) de donde salen a mayoría de los vuelos low cost. Hay que salir con tiempo al aeropuerto ya que hay mucho tráfico en Estambul y se puede demorar hasta 1 hora. Nuestro destino era la ciudad de Kayseri (ASR) que se encuentra a 1 hora de Goreme (la ciudad donde nos hospedamos) la mayoría de los hoteles ofrecen el servicio de traslado desde el aeropuerto al hotel, asi que esto es muy fácil de coordinar. Viajamos con la aerolínea Pegasus Airlines, realmente este fue el vuelo más barato que pague en mi vida 19 euros por 1 hora y media de vuelo, despachando una valija y con un snack durante el vuelo. En Goreme la mayoría de los hoteles están construidos en las formaciones rocosas por lo cual se los denomina hoteles cuevas, por este motivo el hospedaje ya es de por si una de las atracciones de Capadocia. Nuestro primer día aprovechamos para visitar el Goreme open air Museum, un museo al aire libre ubicado a 1,5km de Goreme. Allí se encuentran una serie de iglesias excavadas en la roca pertenecientes al siglo X. Es realmente impactante ver esas mesas talladas en la piedra y los murales cristianos aun preservados en el interior de las iglesias. Nuestro segundo día nos despertamos antes de que suene el despertador con el llamado a oración que se escucha en los parlantes de una mezquita que está a solo 2 cuadras. Alrededor de las 5,30 am nos pasaron a buscar por el hotel y nos llevaron hasta la agencia de la compañía de globos a tomar el desayuno. Después de desayunar nos volvimos a subir a las combis y nos dirigimos a las afueras de Goreme, solo unos minutos después de encontrarnos en la ruta ya se divisaban decenas de globos empezando a elevarse en el amanecer de Goreme. Finalmente llegamos al lugar del ascenso y todos muy emocionados vemos como terminan de inflar el globo, nos presentan al capitán conductor del nuestro y nos dan las instrucciones a tener en cuenta. Nos ubicamos en nuestro globo, y los nervios surgen cuando el globo comienza a ascender, con dudas si me causara vértigo (como sí me paso en la torre Eiffel) y no animarme a asomarme por el borde del canasto para disfrutar del paisaje. Lentamente nos alejamos del suelo y es tan tranquilo el ascenso que no se percibe la altura a la que se está y el viaje se transforma en todo un espectáculo. Ver las otras decenas de globo a los lejos, otros encima y otros por debajo nuestro, rozar las copas de los árboles, ver Goreme desde la distancia y divisar las distintas formaciones rocosas de la Capadocia es que hacen tan especial y único el paisaje. Realmente fue un sueño vivir este viaje junto a mi marido y festejar nuestros 5 años de casados regalándonos este paseo el globo. Una hora y veinte después de ascender comenzamos el descenso en otro punto distinto en el que nos subimos, ya que depende de los vientos el mejor lugar para aterrizar.  Cuando el capitán nos da las instrucciones nos ponemos en posición de aterrizaje y el canasto toca el suelo. Al descender vemos como el globo comienza a desinflarse y nos dicen que nos acerquemos a tomarnos fotos, las cuales de por cierto fueron muy divertidas. Luego nos ofrecieron champagne, jugos y frutas para festejar el final del paseo. Volvemos al hotel alrededor de las 8,30 am y 9,15 nos pasan a buscar para realizar el Green tour.  Este tour es uno de los más completos y el que más se recomienda si solo se cuenta con 1 día en Capadocia. Los otros tours se denominan blue, red y yellow, están separados en base al circuito y lugares de la zona que se recorre en los mismos. En el Green tour se recorren varios lugares de las afueras de Goreme, uno de los más interesantes es la Ciudad Subterranea de Derinkuyu. En Capadocia hay más de 30 ciudades subterráneas, pero la de Derinkuyu es la más famosa por su profundidad, varios pisos de subsuelos. Inclusive según nos contó nuestra guía, varias de las ciudades están conectadas entre sí bajo tierra, pero son tantos los túneles que aún no se han inspeccionados todos. Iniciamos el descenso a la ciudad subterránea por un ingreso lateral que se hizo en la actualidad, hay grandes habitaciones separadas, lugares de guardado, mesas talladas en las piedras y lugares para alimentar animales en los primeros niveles. Es realmente impresionante ir descendiendo por esas pequeñas escaleras, por momentos hay que agacharse bastante para poder caminar. Se cree que estas ciudades se crearon con el fin de protegerse de los enemigos y también por cuestiones climáticas de la zona. Personalmente recorrer este lugar del cual no sabía nada y ver las condiciones en que vivían hace miles de años fue una de las sorpresas más interesante que visite en este viaje. Nuestro Green tour continuo por el Monasterio de Selime, similar al Goreme open air Museum, el cual cuenta

Leer más »