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Diario de un nativo Villa Gesell – Argentina

Desperté de golpe y sorprendido por los temblores. Me quedé unos momentos quieto para ver si no se trataba de algún sueño malintencionado ya que, al acercarse la Época, las pesadillas suelen atacar a diario como una advertencia. No vaya a ser cosa que no estemos preparados. Al ver que el sueño no era el culpable de las vibraciones, me cambié rápido y ajusté el chaleco. Asegurando el gorro escarlata y con el báculo en la espalda abrí la puerta dejando entrar la luz del sol. La aldea era un caos y sospecho que me había quedado dormido. Por la calle principal corrían varios empujando los carros que cargaban hojas, ramas y troncos con el fin de cubrir entradas y ocultar las ventanas. A diario varios veraneantes sospechaban de nuestra existencia cuando en la oscuridad titilan luces que no pertenecen a sus faroles. Corrí hasta el árbol principal donde ya todos se agolpaban para obtener sus tareas y designaciones. Era costumbre que el Consejo de Antiguos determinara que haría cada uno para sobrellevar sin dificultades la Época marcada por el calor. Aquellos que dominan la magia suelen dirigirse a los caminos para remover la tierra y evitar que nuestros pasos llamen la atención. Los que poseen habilidades para hablar con los árboles se encargan de negociar año tras año la forma de las ramas y la orientación de las hojas. Siempre hay que hacer todo lo posible para que la aldea quede oculta a los ojos bárbaros. Uno de los grupos más reconocidos de la sociedad eran los Mensajeros. Muchos de nosotros ansiábamos crecer para lograr formar parte de esta selecta organización que establece contacto con aldeas vecinas a lo largo de la costa. Intuyo que mi juventud hacía que no tuviera hasta hoy un rol preponderante en los trabajos de Época. Sin embargo, esta vez, uno de los Antiguos me señaló y me pidió algo que me hizo temblar de pies a cabeza. Tenía que dar la señal. Tenía que asegurar el inicio. El Antiguo se acomodó la barba y tocó la punta de mi báculo para darme la orden. Sin dudarlo, salí a toda velocidad rumbo norte. Raíces, piedras, caminos, pasto, arena y médanos pasaban bajo mis pies mientras los árboles aplaudían mi carrera. Cuando el bosque comenzaba a quedar atrás me crucé con los primeros vehículos que ya formaban filas y las risas de los extranjeros se hacían notar. La Época daba claras señales de su inicio pero tenía que llegar al punto de aviso cuanto antes. Una vez que el bosque dejó de dominar el paisaje supe que estaba cerca. La sorpresa fue impactante, el Muelle se metía mar adentro con los pájaros a su alrededor buscando alimento. Fueron segundos de asombro, giré la vista y ahí estaban. Se abrían ahí, primerísimas y solitarias. Había sombrillas. Levanté el báculo al cielo y lo hice girar. El viento se hizo más fuerte, las olas crecieron con su fuerza y la temperatura subió aún más. Tenía que huir con prisa sin dejar de dar un salto rápido sobre un cartel que indica “Villa Gesell”, una costumbre antiquísima. No podía dejar que la emoción de un simple duende arruine la ilusión de toda la Época.   Por @matute_btn

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Todo lo que se necesita saber de Bolivia y mucho más

«Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Cabalgar kollas en llamas más allá de Chamaleo. He visto campos de coca brillar en la oscuridad, cerca de la puerta de Tinwanacu. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de partir… a Angola.» (Premio para el que pueda explicar qué carajo significa esa oración) Acá ando ahora, viviendo otras experiencias en Angola. Pero esa será otra historia. El viaje desde una ciudad pequeña del interior santafesino hasta cualquier destino en el exterior, como siempre, es un parto. Tomarse algo a Rosario, de ahí algo a Buenos Aires, de ahí algo a Ezeiza. Y así. Como volé por Sky Airline, una aerolínea regional low cost, también hice tres escalas desde Ezeiza a La Paz. Básicamente es un bondi lechero pero arriba te dan un sandwich y bebidas, no muy diferente en el resto. Salí de Ezeiza, hice escala en Santiago de Chile donde me encontré con un entrañable amigo y tomamos unos cafés, boludeé en el aeropuerto Merino hasta las 7 de la mañana. Otra vez “arriba que nos vamos”, con escalas en Arica, Iquique, y finalmente La Paz. Impresionante el norte chileno: desértico, seco, por lo menos lo que se veía mientras bajábamos y los alrededores del aeropuerto un embole total. Deberían cerrar esas ciudades, mudarlas, o regalárselas a los bolivianos. También llegando a La Paz se ve el lago Titicaca, grande y hermoso. Si yo fuera el Evo le cambiaría el nombre, no va con la pinta del lago. Hablando de nombres de mierda, se me ocurrió pensar que éste influye muchísimo en el devenir histórico de pueblos, imperios o ciudades. Me los imagino a los conquistadores españoles, eligiendo atacar de acuerdo a la sonoridad de esos nombres. Por ejemplo: si vos fueras un Adelantado atacarías a los Tehuelches o a los Diaguitas? Los primeros tienen un nombre con una resonancia viril, la T y la CH prácticamente son golpes, de hecho acabo de escribir esa palabra en la notebook y sonó como en una Olivetti de las viejas!. No revisé el cómic Cabo Savino, pero estoy seguro que es la onomatopeya para un golpe de boleadoras en el marulo de un fortinero. En cambio… Diaguitas… No me extraña que apenas haya rastros de esta tribu, que a causa de ese nombre deben haber sido barridos al toque. Otros nenes también los AZTECAS…. Aztecas…. El mismo nombre ya impone respeto!. ‐ Capitán, nuestro señor ha dado la orden de atacar la ciudad de Tenochtitlan. El pérfido Moctezuma ya anda con sus gentes cerca de aquí, todos sus Calpullis en pie de batalla. Forman con él las huestes de los señores de Mazatlan, Coatzacoalcos y Tochtlan. Ni que hablar que también están los guerreros Jaguar de Nezahualcoyotl. ‐ Qué es un calpulli? (se ilusiona el capitán). ‐ Son los regimientos de esos guerreros jaguar, águilas, etc. Y el capitán, que era valiente pero no boludo: ‐Dejaos de joder, mejor ataquemos a los Diaguitas de la fortaleza de Atamisqui.   Bien por el capitán, sabia decisión. Esto era un guerrero Jaguar, que debía matar uno de esos bichos para ser admitido en este cuerpo de élite: De nuevo por si no es claro. Además de los guerreros éstos que peleaban mano a mano con jaguares, los mexicas tenían a los guerreros águilas: Y acá están los diaguitas, pobres ángeles….     Me fui al carajo, desde el lago Titicaca hasta cualquier lado.   La Paz La Paz, una ciudad muy linda. Me sorprendió lo bien que se veía. Las calles impecables, limpias. Flores en los canteros, orden. Lo único que me resultó exasperante es el sosiego de la gente. Muy amable, con esa rusticidad y paciencia que te da el altiplano, pero demasiado lento todo. Por suerte fui a un hotel como la gente, que de haber sabido lo que me esperaba en Mayaya hubiera arrasado el minibar y me hubiera pegado un baño de inmersión de 4 horas mínimo. Lamentablemente no fue así. Después de más de 36 horas de dormir en colectivos y aviones no sabía si me había apunado o simplemente estaba fusilado. De todas maneras no iba a perderme caminar la ciudad, así que me fui hasta la Basílica de San Francisco, en la plaza del mismo nombre. Vi que al lado del templo había un museo abierto, así que me mandé y empecé a recorrer el patio. Es un antiguo convento convertido en centr cultural, nada mejor para visitar La Paz antigua.   Luego de un par de fotos, me enteré que lamentablemente el museo no fue socializado por Evo como me imaginé al principio, ya que una chola de gesto adusto me informó que tenía que pagar. Dado que no tenía bolivianos me fui, dejando para otra oportunidad la visita. Caminé por una callecita lateral donde venden artesanías y me metí a un café. Al otro día, me vino a buscar Pepone, un personaje de los más interesante. Ingeniero geólogo, trabajó en la minería de diferentes minerales cuando pudo hacerlo, y cuando cambiaban los vientos políticos se dedicaba a otra cosa. Muy buenas anécdotas, como una vez que relevando con un colega en plena selva un yacimiento de asbesto durmieron arriba de unas chapas de amianto, para darse cuenta al otro día que debajo de las chapas había un nido de escorpiones. Un tipo de lo más lúcido, había que llevarle el tranco a través de los caminos barrosos de las explotaciones pese a sus 73 años, y manejando esa ruta infernal de Caranavi a Mayaya con tanta soltura que parecía fácil. El camino desde La Paz a Mayaya es bastante tortuoso y complicado, pero con unos paisajes impresionantes. Entre Teoponte y Caranavi directamente es una huella entre riscos, ya que están ampliando la Ruta Nacional 26 para permitir la explotación en campos petrolíferos mucho más al norte. Hay que armarse de paciencia y rezarle al conductor. En La Paz la ruta arranca a 3.800 mts de altura sobre el mar, con

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Reflexiones a más de 300 km/h en un TGV

Siempre quise decir “escribo esto mientras atravieso Europa en un tren de alta velocidad” y eso es exactamente lo que hago ahora, a bordo de un TGV que tomé hace menos de una hora en la estación de Cannes. En la sala de espera, miré largo rato a una paloma más marrón y más peluda que las que tenemos nosotros en Colegiales o en San Telmo. Estaba en el piso, refugiada en una esquina del hall, la cabeza hundida en el cuello. Cada tanto trataba de erguirla para mirar a su alrededor, supongo que intentaba adivinar quién sería su asesino. Pensé en ella, en su suerte echada sin remedio. Esta noche, cuando la Gare quede desierta y pasen los mozos de la limpieza, seguramente la maten a escobazos o la saquen a la calle para que algún gato o un perro puedan comer de su carne. También imaginé que una nena francesita con el pelo a la garçon se escapaba de la mano de su madre y la alzaba, la llevaba a su casa, la curaba y luego la liberaba. Recordé que eso hizo una tía mía una vez. Su marido se había muerto y a los pocos días una paloma gris se refugió en su balcón. Tenía una pata herida. Mi tía la curó, la cuidó por un mes y luego la dejó ir, no sin antes avisarle a toda la familia que lo que había sucedido era que el alma de su difunto esposo la había visitado en forma de paloma gris. Esta era marrón, ¿sería el alma de un mulato? Me lo pregunto a trescientos veinte kilómetros por hora, una velocidad más que suficiente para arrollar palomas y cualquier tipo de pájaros, cosa que ni me importaría si no fuese porque acabo de ver una en sus últimas horas y me quedó su cara de “qué rápido fue todo” grabada en la cabeza. A mi lado viaja una chica, se subió en Avignon, allí donde una vez hubo un Papa, el Papa de Avignon. Me gustan las historias de Papas, las intrigas de la iglesia. Me las doy de que sé mucho de ese mundo, quizás no sea del todo mentira, quizás sepa un poco más que alguna gente. Por ejemplo sé que hubo un Papa y un Anti Papa, todo en Avignon que ahora que ato es, además, un pueblo con un puente sobre el que todos bailan. Ajena a mis pensamientos, la chica se comporta como una verdadera francesa. Pelo lacio, algo regordeta, lentes con marco de color, usa una botella con una pajita para darle agua al gato que lleva en una jaula. Me gustan mucho los gatos, aunque es muy probable que uno de ellos esta noche se coma a la paloma enferma de la Gare de Cannes. Al principio miré la jaula y pensé que estaba vacía. Miento, no vi bien y pensé en preguntarle dónde estaba el gato, pero también pensé que mi francés de secundaria está oxidado y que ella no hablaría inglés. Ridículo, todos hablan inglés, mucho más una chica en el vagón de primera de un TGV. ¿Do you a have a cat inside? le dije entonces, señalando la jaula y me respondió que sí, que look inside, y yo que oh is very beautiful y ella que thank you mercí mientras le acercaba la pajita a la boca de un animal que, la verdad, no llegué a ver del todo pero dije que era very beautiful porque si decía que no lo veía ella tenía que levantar la jaula y toda la operación se iba a complicar. Recién caigo en que no escuché un solo maullido. Y ahora, mientras caigo en que no escuché ni un solo maullido, la gordita pone la jaula sobre la mesa, abre un poco la reja y le hace mimos al conejo que está adentro. No lleva un cat, lleva un lapin, que la verdad no suena ni cerca del cat que estoy absolutamente seguro que dije. No me gustan especialmente los conejos, no me gusta la expresión “cogimos como conejos” sobre todo porque una vez vi a un conejo cogiendo y el alarido que pegó al acabar me dio mucho miedo, o más bien pena, no sé si por el pito del conejo o por la cosita de la coneja, pero me dio pena. Ahora la chica se fue. ¿Al baño? No sé, quizás al salón comedor. Me dejó la jaula al lado. El lapin pega su nariz a la reja, le acerco un dedo como un acto reflejo, soy de tocar animales. Estoy cerca de pasarlo para el lado de adentro pero imagino que mi índice se transforma en una zanahoria y que el rabbit -que por cierto tampoco suena a cat, I saw cat, me cago en el Papa de Avignon- empieza a roerlo y no, mejor no lo paso y sigo escribiendo en el TGV que ahora debe ir a trescientos cuarenta porque, la verdad, tiembla bastante. Hay un sssssss neumático muy agradable que viene detrás, se abre la puerta, ha de ser la chica que regresa de orinar o de comprar algo. No, es una cosa marrón que me huele la pierna. Un perrito, o mejor dicho el hocico de un perrito. Dos metros más atrás, sujetando la correa, viene una francesa de unos cuarenta o cincuenta años, es difícil saber la edad de las francesas, no sé por qué pero es difícil. Rubia de pelo corto, casaca de cuero beige, me mira con algo de culpa porque su perro me olió la pierna, le pongo cara de que me encantan los perros aunque alguno de ellos capaz que esta noche se come a la pobre paloma de la Gare de Cannes. Me mira pero no me parece que entienda mis ojos de me encantan los perros, es posible que mi sonrisa no haya sido tan explícita, quizás no me di a entender del todo y temo que si le saco conversación, el perro se transforme en algo, que de chian pase a no se qué, como paso con el gato que se hizo conejo en

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Mi Tokio es… Cartagena

La cosa ya empezó torcida. No fue un destino elegido, Copa me dio dos vouchers por un equipaje que demoró dos días en llegar a Panamá –hubo que comprar ropa nueva allá, lo cual después del comprensible momento de IRA estuvo buenísimo por la enorme oferta del Multiplaza- y, ya de regreso en Buenos Aires, en una mediación resolvimos zanjar el reclamo con esos vouchers que, no recuerdo si por el monto o por otra razón, permitían viajar ida y vuelta a cualquier destino sudamericano. Creo que hubo que poner algo mas de dinero, eso no lo recuerdo, pero se que el origen de ese viaje fue darle uso a los vouchers. Sugerencia de mi ex esposa, vayamos a Cartagena que no conocemos. Compró un booklet de Lonely Planet y, a la lectura, parecía un destino ideal. Historia, playas y paisajes paradisìacos, que mas? Enfilamos para Cartagena. No puedo decir honestamente que el lugar sea desagradable ni mucho menos. Efectivamente, playas largas, extensas. Un casco amurallado que atesora siglos de historia. Para una feria de turismo, una presentación impecable. La cuestión es que, para ir al punto, la playa en Cartagena es dominio de los vendedores ambulantes. Y la queja no es de gordito burgués que no quiere que le tapen el sol en la playa mientras está tirado en la arena. Realmente, es imposible permanecer en la playa sin que aparezcan dos o tres vendedores ambulantes de baratijas, ostras, remeras, lo que se te ocurra. Te rodean, te hablan uno sobre otro, te quitan la energía vital. El tema no es la queja contra el trabajo de vendedor ambulante sino que, simplemente, no conocen un no por respuesta. Si fueran Testigos de Jehová, en este país, esa sería la religión oficial porque es gente que jamás tira la toalla. No se van.  Nunca. Y les decís que no, y ponés tu mejor sonrisa, e inventás mil excusas para no comprar porque lo único que te interesa es sentir el sol cocinándote la cara mientras sostenés con tu esposa la típica charla conyugal carente de todo contenido útil, le decís que no tenés plata con vos, que sos alérgico a las ostras, que te queda una hora de vida y querés pasarla en paz junto al sol, lo que sea. Y no se van. Se quedan en cuclillas a tu lado y te dan una respuesta perfecta para cada excusa. “Si no tienes dinero, no hay problema, me dices en que hotel estás, como te llamas y te cobramos en el hotel” “Si eres alérgico a las ostras, no hay problema, mi primo está a dos pasos de aquí, lo llamo y el vende unas arepas riquísimas” Claro, la solución sería comprar algo para que se vayan. Pero si comprás a uno, vienen otros dos mas. Mi esposa (actual ex) contra mi consejo, compró a una pulserita. Al ratito teníamos a un ejército de vendedores ambulantes alrededor. Una vendedora hasta hasta ofrecía masajes. Y no se van. En un momento, harto de la diplomacia resolvés que tu esparcimiento en la playa debe finalizar. Tomás tus cosas y enfilàs para el casco urbano, ahí nomás, cruzando la costanera Claro, ahí también hay vendedores ambulantes y un viajero que quiere aprovechar su estadía no se va a encerrar en el hotel, vayamos a un cafecito Juan Valdez que es buenísimo y no hay en esta ciudad de Buenos Aires, el mas cercano está en Santiago de Chile Y en el camino al Juan Valdez los vendedores ambulantes te huelen, te miran con los ojos entrecerrados como el tiburón huele a su presa cercana y con la mirada le dice “Ya te vi, no te me vas a escapar” y con su mejor sonrisa de cortesía te abordan de a dos o de a tres. Y como son conocedores de la piel de turista, ya que con esa piel tienen empapelada su casa, captan tu acento y mientras arremeten con su negocio cuasi extorsivo te preguntan por Argentina, por Maradona, te dicen que aman a la Argentina y un montón de lisonjas de este país caído del mapa, o de fútbol local que a un nostálgico de su país o a un futbolero lo conmueven y lo llevan a abrir la billetera. A mi no, porque cada vez que debo regresar estoy el último día lamentándome porque tengo que volver a este pozo húmedo y espantoso que es Buenos Aires y la última vez que fui a la cancha fue cuando Los Andes ascendió a Primera, creo que en año 2000. Esto el vendedor no lo sabe y la llegada al Juan Valdez con tres vendedores (uno a cada costado y otro por detrás) es un momento de gozo enorme, como el maratonista que cruza la línea, porque el café tiene prohibida la entrada a los vendedores ambulantes. Queda regresar al hotel mas tarde, pero es algo menor. Contratamos un tour por Cartagena, es un lugar para conocer y no por no poder caminar tranquilo voy a regresar a Buenos Aires sin haber recorrido lo que pueda de ahí, y en el front desk del hotel venden dos tickets en algo llamado “Chiva”, que es un ómnibus sin ventanas y con asientos entablonados de madera. Por supuesto, sin aire acondicionado. El calor derrite. Pero al menos estamos en movimiento, hay que rescatar eso. La Chiva nos pasea por los principales puntos de la ciudad, algo lindo para ver realmente, y existe un acuerdo tácito entre el guía turístico y los vendedores ambulantes que nos miran bajar en plazas, costanera y sitios históricos y no se animan con nosotros, no se acercan a comer del contingente, como el tigre que rodea a una presa pero no la ataca porque sabe que el macho de la manada ya le puso el ojo. Saqué un montón de fotos. Finalizando la estadía, mi esposa, actual ex, quería volver a la playa lo que es mas que razonable porque la estadía anterior había sido de horita y

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Todos tenemos un Tokio

Recientemente se armó mucha polémica por un post en #BloggeroQV de @llenadepreguntas donde cuenta que en su reciente viaje a Tokio, luego de 30hs de viaje, lo que más deseaba era volverse a su casa. Es decir, se desilusionó. Pueden leer su post aquí. Y la polémica se armó porque Japón es un destino de moda y del cual la mayoría de los viajeros vuelve fascinado, incluso a niveles desmedidos con comentarios del estilo «mi vida tiene un antes y un después de conocer Japón». Por lo tanto @llenadepreguntas recibió varias críticas, todas respetuosas, pero también su actitud fue valiente y aparecieron otras personas a contar que se desilusionaron con ciudades con París, Nueva York, Praga o Londres. En toda esta discusión, un usuario de Twitter dijo esto: A mi me pareció genial el post. Porque tenes que caretearla con algo que no te gusta? Todos tenemos nuestro Tokio — 🌟🌟🌟💚 Νίκη 💜🌟🌟🌟 (@passive_apc) November 14, 2017 Y le pedí permiso para usar su frase «Todos tenemos nuestro Tokio» para escribir este post. Porque seguramente sea cierto. Cuál es mi «Tokio»? No recuerdo haber tenido un viaje en el cual lo que más deseara sea volverme a casa pero sí un lugar que me desilusionó bastante, en parte porque fui con las expectativas muy altas, y ese lugar es La Costa Azul de Francia, especialmente Mónaco. Mi visita a la Costa Azul fue en el año 2015 y era el último punto de un viaje que venía siendo maravilloso: Primero París una semana, luego 4 días en Suiza recorriendo el Lago Leman, luego un paso fugaz para la maravillosa ciudad de Annecy en Francia, luego 4 días en la increíble región de La Provence en Francia y por último 4 días en la famosísima Costa Azul al sur de Francia haciendo base en Niza. Creo que toda mi estadía en la Costa Azul resultó inversa a mis expectativas, salvo por el pueblo de Eze que esperaba que sea maravilloso y lo fue. De Niza no esperaba nada y me gustó más de lo que imaginaba. De Mónaco me esperaba el paraíso y no me gustó nada. De Cannes esperaba algo lindo y encontré algo feo. De Sanit Tropéz esperaba un lugar en decadencia y encontré un pueblito hermoso y lleno de vida. Pero lejos, lo más decepcionante de la Costa Azul me pareció la costa. Sin paisajes que me resultaran maravillosos (a excepción de EZE), con playas de piedras que no se pueden ni pisar, y con una arquitectura extraña que no llegaba a ser histórica y pero tampoco «chic» (a excepción de algunos lugares de Niza). Insisto en algo: no es que me quería volver a casa, pero desde la Costa Azul volvía a mi casa y no me molestó volver a mi casa. Pero pienso que no encuentro ejemplos tan extremos en mis viajes como le sucedió a @llenadepreguntas, porque soy de averiguar mucho antes de elegir un lugar, de asegurarme que el destino me va a encantar. Para eso tengo mis métodos. Aunque todo puede cambiar en el próximo viaje en que iré a California y le tengo cierto miedo. Pregunta para ustedes: cuál es su «Tokio» ?  

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Historias de la India

14/12/2001…. llegué a Mumbai , India Llegue por fin a Mumbai hoy a las 2.30am,  no entendía nada, no era un aeropuerto normal, era en medio de la nada,  hacía mucho calor, y estaba el cielo aún oscuro, olores muy fuertes a especias y  otros indescriptibles para mí. Apenas bajé del avión seguí la fila de gente que me llevaba a un hall donde un guardia sentado con una escopeta  le gritaba a todos, la humedad del ambiente era insoportable, se escuchaba un fuerte zumbido de mosquitos constantes y  grillos a lo lejos, todo eso en unos pocos segundos. Fue fuerte el shock pero alucinante al mismo tiempo, esto es increíble siento que pase a otra dimensión, no es como nada de lo que he conocido hasta ahora. Me quede en el aeropuerto y me hice amiga de una italiana nos quedamos charlando un largo rato, ella vino a la India  hacer meditación y me contó todo sobre el tema,  pero se fue a las 4.00am y me quede sola nuevamente. Me puse a leer y puse cara de venir seguido a la India, para que nadie siquiera se anime a acercarse,  porque  a  los  que  más miran es a los perdidos y no los dejan en paz, así que  me quede leyendo el libro Siddhartha que me regalaron Granada y sus amigos en Madrid. Me hicieron una despedida increíble, y aproveché para quedarme leyendo mi nuevo libro mientras esperaba mi valija que no llegaba nunca, no quería ni pensar que podría pasar si me volvía a tocar una situación similar a la que me toco vivir en la isla de Elba a casi 48 hs del casamiento de Richi y Matilda, llegamos a Italia y mi valija nunca llegó. Resulta que la habían mandado a Thailandia. Por fin la recupere,  si 1 semana más tarde cuando regrese a Barcelona ella llegó conmigo. Ese recuerdo me paralizo totalmente porque esto no era ni España ni Italia, estaba en India  sola y nadie hablaba casi inglés, por lo tanto me enyogize sin saber siquiera lo que era eso y comencé a visualizar a mi mochila Alphine Sckate en cada bulto que se avecinaba. Casi muero de ansiedad en la espera pero finalmente luego de un largo tiempo que para mi fueron años llegó. Salí entonces afuera de la estación,  ya estaba más claro el día, pero se oían muy fuertes los sonidos del bosque, como si estuviéramos inmersos dentro de la forestación. Cuando miré la estación a lo lejos me di cuenta que así era estábamos en medio de un gran campo, como el de Ezeiza pero esto era INDIA. Camine 2 pasos y cientos de hombrecitos se me abalanzaron para lograr obtener mi mochila y conducirme a sus rickshaws, cosa que me tomo de sorpresa y me asustó bastante, pero con mi mejor cara de Silvia Pérez vengo todos los años a ver a mi gurú, elegí a uno de ellos y me subí. Al Salvation Army, le indiqué muy decidida y comenzó el viaje a otro mundo….sin palabras…era una mezcla de incredulidad, con emociones, con olores y el calor húmedo que me pegaba en la cara,  a través del plástico que usaba como para viento el chofer. No podía perderme nada sentada en aquel  rickshaw que consiste en una motoneta que arrastra una caja de zapatos con asientos y ruedas que aun hoy en algunas ciudades (muchas de ellas)  lo hacen los mismos hindúes (tracción a sangre) corriendo descalzos por las calles. Este por suerte iba en su motoneta, la cual a mitad de camino comenzó a fallar y se paró en el medio de una avenida de Bombay. Antiguamente llamada, Mumbai, donde autos de todos lados la surcaban, ida y vuelta, derecha, izquierda por delante y por detrás, autos me refiero a estos bicharracos llamados rickshaws que no paran nunca son como abejorros que se meten a toda velocidad por todos lados y justo yo fui a elegir el mejor de todos, el que me honró en medio de la avenida…casi me infarto…rezaba por qué no nos llevaran puestos. La cosa es que ni siquiera le podía decir nada al pobre hombre por qué no me entendía  nada  no  hablaba inglés así que me dedique a hablarle en español y sugerirle que siga intentado que Sahi Baba o Dalai Lama o Buda o alguien nos ayudaría, tanta invocación de gurúes  llegó a oídos de alguno y el motor  revivió, también mi corazón, que comenzó a caminar paulatinamente, fue algo mágico todo ese camino, yo parecía una lechuza, la cabeza giraba en todas direcciones, no podía creer lo que veía, vacas en la calle mezcladas con la gente, como si fueran perros, gente durmiendo en la vereda, casas de cartón, las ruinas de algo que parece haber sido tan lindo, un imperio, pero venido abajo. Todo se entremezcla, la gente entre los autos pareciera que la fuésemos a  pisar pero de alguna forma sortean todos  los peligros y no pisamos a nadie, otros tan flacos que se desarmaban en la calle sentados. Todo aquí es muy tranquilo, se respira en el aire, nadie se pelea con nadie, conviven en una paz increíble y eso arma esta atmosfera de paz. A pesar  que los taxistas son lo peor, no se oye,  ni una blasfema, no se sobresaltan, todo requiere su tiempo. Las calles llenas de gente por doquier, familias viviendo en las calles, los famosos barrios de chabolas, era algo tan distinto a todos mis otros viajes, incluso a Marruecos, esto me gustaba mucho, muchísimo más. El taxi me dejo en el Salvation Army un hotel que van muchos mochileros y es donde quería ir para conocer gente, historias y recomendaciones de lugares y encontrar que era lo que podría hacer en mis 4 días de estadía allí. Tenía que comprar el billete para Goa, Arambol donde me esperaban mis amigos que ya estaban inmersos desde hacía casi 1 mes en esta cultura ancestral. Me llegaban hasta sus mails

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Japón: un viaje con pocas conexiones

Te encanta viajar y tenés la suerte de poder hacerlo. Tenés los medios, el estado físico, el tiempo… Así decidís un día cruzar el planeta, literalmente hablando, para ir a Japón. Yo no viajé mucho en mi vida, así que todo me sorprende y me deja maravillada. Creo que soy mala consejera de viajes, justamente por eso: todo me parece hermoso, genial, indispensable. Con todo ése entusiasmo empecé a planear el itinerario. No sé exactamente qué fue, pero nunca llegué a conectarme con la idea de visitar Japón. Sin embargo, veía que todos volvían fascinados y que cada vez más gente lo elegía. Uno de los problemas que tuve fue por comprar desde acá tickets para las actividades que queríamos hacer. Hay cosas que tienen tanta demanda, que necesariamente hay que comprar con mucha anticipación (la Tokyo Game Show, el Museo Ghibli, por ejemplo). Enseguida llegó la frustración de no poder traducir algunas páginas, de intercambiar mails en inglés con japoneses que claramente no entendían nada, de equivocarme con las fechas y tener que cambiar el itinerario, de que hubiera páginas que me rebotaban la tarjeta aunque el banco me la autorizara… Cualquier trámite sencillo era abrumador y complicado. Pero siempre me aferraba a la idea de que en cuanto llegue allá todo iba a estar mejor, porque el destino, según lo que decían, era espectacular. El vuelo fue larguísimo y complicado. Fueron 30 horas en el asiento del medio, con mi compañero muy descompuesto la primera mitad del viaje. Yo había pedido un menú vegetariano, que resultó ser una bandeja de arroz blanco mal cocido con una cucharada de arvejas, así que sumado a todo estaba casi sin comer. En lo único que pensaba, lo que me mantenía de buen humor, era en lo espectacular que iba a ser llegar. Pero la primera impresión (y la única, realmente) que tuve fue: esto no vale la pena, quiero volver a mi casa. En Japón pasa de todo y a la vez no pasa nada. Hay mil cosas para hacer, para ver, para recorrer, para comer, y sin embargo es muy fácil aburrirse. Es que no hay una noción de “caos cotidiano”, todo funciona como tiene que funcionar.  Llegué a pensar, después de un día muy largo, “necesito llegar al departamento y que no haya agua caliente, que no ande el módem, algo inesperado, cualquier cosa”. Con la comida me pasó lo mismo: Recuerdo haber dicho “estoy harta de comer arroz” al segundo día en ése país. Y es que ser vegetariana en Japón es eso: comer arroz, a veces huevo, un poco de soja. Y nada más. Para ser justa, yo nunca conecto mucho con las grandes ciudades. Pensé que saliendo de Tokio me iba a encontrar algo más, y  fui a Kioto y a Nara. No me malinterpreten: todo es hermoso. Pero una vez que viste un templo viste todos, y una vez que estuviste en el cruce de Shibuya te das cuenta que es lo mismo que Shinjuku y que Ginza y que Akihabara y que… La gente es un mundo aparte. Son muy educados pero para nada amables: Nadie te habla, nadie te ayuda cuando te ve perdido, nadie se mete en nada. Hacer sociales con un japonés es increíblemente difícil. Ni siquiera puedo decir que me sentí abrumada. Japón resultó ser un país que no me despertó nada, más que curiosidad por momentos breves, pero no más que la curiosidad que me puede generar cualquier sociedad más cercana. Aunque tengo que admitir que mi compañero, fanático gamer y nerd de profesión, tuvo una experiencia diametralmente opuesta. Quizás fui mal predispuesta, pero juro que lo intenté. Conocí lo más tradicional y lo más tecnológico: dormí en un hotel cápsula y usé consolas de videojuegos que acá ni se escucharon nombrar aún, pero nada logró sacarme la idea constante de que faltaba “algo” que Japón no me iba a brindar nunca. Volví a casa feliz de irme de ése país y sin entender la fascinación que lo volvió un destino tan de moda y codiciado. Mucho menos sabiendo que también para volver me esperaban otras 30 horas de asiento del medio y arroz blanco. Por @llenadpreguntas

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Hong Kong, una historia de amor.

Estuve en Asia por un mes y medio haciendo un curso en Singapur. De todo lo que pude ver Hong Kong fue lo que mas me impactó. Me parece que es una transición suave y hermosa a este continente maravilloso.   Asia es simplemente maravilloso. Te abre la mente, te enseña que hay otra forma de ver las cosas, simplemente te cambia la perspectiva de ver este mundo loco en el que vivimos. Te da esa sensación inexplicable de asombro, de satisfacción, te pone una sonrisa en la cara y no te la quita por el resto de la aventura. Es simplemente alucinante. Yo soy fiel creyente de que hay que visitar Asia por lo menos una vez en la vida. No digo que no haya que dejar de ir a Europa, que al fin y al cabo es indiscutiblemente es la cuna de la civilización occidental, pero si que quizás si puedes viajar todos los años, ¿Por qué no salir y hacer algo diferente al menos una vez? Estuve en Asia por un mes y medio haciendo un curso en Singapur. De todo lo que pude ver Hong Kong fue lo que mas me impactó. Me parece que es una transición suave y hermosa a este continente maravilloso.   Hong Kong es una ciudad global, un blend de culturas hermoso, abrazando el caos de la calle cantonesa, tendiendo también muchos elementos occidentales que la hacen muy agradable y fácil de manejar. Moverse es súper fácil ya que cuenta con un lindo sistema integrado de transporte. La octopus card (una especie de Sube), se puede comprar en el aeropuerto o cualquier estación de subte y sirve para andar subte, bus, ferry, etc. Todo esta súper claro y en Ingles. Ah y como buen dato si te queda saldo a favor al final del viaje, lo puedes recuperar en cualquier centro de atención, incluso en el aeropuerto. Es poder sumergirte en la locura de Kawloon, digamos que la zona más “oriental”. Puedes perderte en sus calles, regatear en sus innumerables comercios (hay un mercado que vende miles de boludeces para comprar y una calle donde solo se venden zapatillas), sin entender nada, pero ambiguamente sintiéndose en un escenario natural. Si te cansas del caos, camina hacia “Flower road”, una calle llena de florerías. La cantidad y variedad de plantas y flores te va sorprender. Bajando por Nathan road hacia el Harbour, se encuentra Tsim Sha Tsui, una zona más comercial con muchos shoppings de mayor rango, tiendas y restaurantes. Es notablemente más ordenado que Kawloon centro y agradable para caminar y hacer algunas compras si eso es lo tuyo. En tema de precios Hong Kong es usualmente caro, pero como en todo lugar se pueden conseguir buenas ofertas buscando. Dense una vuelta por Kawloon Park. Un bonito parque y centro recreativo en plana metrópolis. Una buena parada para respirar en medio de un día loco. Otra parada imperdible en la zona es el Hong Kong Museum of History, un museo que explica detallada y didácticamente la historia de Hong Kong, desde su formación geológica e historia biológica, hasta su historia Política, social y cultural, lógicamente haciendo mucho énfasis en el periodo de ocupación Británica y en como Hong Kong logra convertirse en el Hub comercial y financiero que sigue siendo hoy en día.   Por ultimo nada mejor que terminar el día en el Promenade, con vista a Hong Kong Island. Es una zona bastante turística donde se encuentra el museo de ciencias y el museo de Arte Moderno (actualmente cerrado por renovación). Esta lindo para caminar y ver el atardecer junto a uno de los skylines más impresionantes que he visto en mi vida. Si bien todos los días a las 8pm se realiza el Light Show, un juego de luces organizado por la ciudad junto a varias empresas que iluminan sus edificios en la noche, suele estar muy congestionado por lo que no se alcanza a ver bien. Mejor plan es subirse al “Star Ferry” (sistema de Ferry instalado por los Britanicos en los 1800’s para conectar Kawloon de Hong Kong Island, que sigue funcionando) y ver el juego de luces mientras cruzas a la isla.       Hong Kong también es caminar por las calles de Central uno de los «hubs» financieros y comerciales más importantes del mundo, ver ejecutivos de todos los tipos y colores hablando el mismo idioma, discutiendo temas de relevancia mundial, quizás ese ya es mi propio tema, pero todo escenario global, que muestre cómo todos estamos cerca y somos parte de lo mismo me fascina. Esa es una de las razones por las que amo viajar, sentirse parte del mundo, darse cuenta que todos somos parte de la misma cosa. Imperdible es subir a “The Peak”, el punto más alto de Hong Kong donde se tienen probablemente las mejores vistas a la ciudad. Como dato, en esa zona se instalaron los británicos al llegar a Hong Kong por esa misma razón, similarmente, la base y subida de la montaña sigue siendo una zona muy residencial, donde viven muchos expatriados y locales afluentes. Para subir al mirador hay un tranvía que cuesta 45 dólares Hongkoneses (algo asi como 5 y pico dólares americanos) y se puede pagar con la octopus card. También se puede subir caminando, pero no hagan como quien escribe, porque casi muero en el intento. Volviendo al tema, Hong Kong es una ciudad tranquila, natural, uno pasea por sus calles y se siente parte de ella, te invita a caminarla, descubrirla, es hermoso. Creo yo que puede ser un lindo comienzo a salir a lo nuevo y visitar Asia. Espero que les haya gustado este post y disculpen si más de una vez me he ido por las ramas, pero es difícil de explicar la fascinación que sentí en esa visita, algo que quise tratar de transmitir.   Por @Josetvller      

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De Shopping en Sarasota

Siguiendo un poco con la idea del viaje que hicimos en familia , les quiero comentar la visita que hicimos al no muy conocido The Mall at University Town Center en Sarasota. Se encuentra casi sobre la I75 , la interestatal que atraviesa los Everglades a muy pocos minutos de Sarasota. A razón de verdad tengo que decir que es un mall o shopping , más que un outlet , pero con precios mas que aceptables , teniendo en cuenta que siempre hay alguna que otra promoción . Entre las tiendas que hay que destacar , ubicamos enseguida a Macy’s , Saks Fifth Avenue y Dillard’s , iconos ellas de la moda y belleza . No conocíamos específicamente a Dillard’s , la que nos pareció muy completa y con excelentes promociones . Si me piden marcas , les cuento que están casi todas : Forever21 , Gap , Banana Republic , H&M , Brooks Brothers , Aldo, Clarks , Ann Taylor,Fit2Run, Victorias’s Secret , Hugo Boss. Hablando de gastronomía es un placer que dispongan de lugares como Burger & Beer Joint para disfrutar en excelentes hamburguesas o Le Macaron , icono de la pastelería francesa ; obviamente sería imperdonable dejar de nombrar a The Cheesecake Factory o Starbucks , símbolos del descanso de los caminantes /compradores/visitantes de shoppings y otras yerbas. Mención especial quiero hacer a los que nos gusta sufrir visitando The Apple Store , impresionante lugar en el que está todo lo que uno busca ; no se han privado de nada tanto en la parte edilicia como en atención y asesoramiento. Para terminar , es un mall digno de visitar , con todas las opciones a disposición. Vale la pena conocerlo y disfrutarlo. Por @alejobuya12  

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Una vuelta por la costa oeste de la Florida

Me hago eco de la invitación al blog y les mando una viaje hermoso que hicimos hace un mes a la costa Oeste de la Florida. Salimos de Rosario con destino a Guarulhos, San Pablo en Latam para luego abordar en un 777 con destino a Miami; vuelo excelente sin problemas y así arribamos a Miami con la sorpresa de que nos eligieron para ir directamente a las maquinas de Inmigración , en las cuales se escanean los pasaportes y se cargan datos ; una vez cumplimentado este tema ( rapidísimo por cierto) nos atendió un oficial cubano de Inmigración de muy buena onda . De ahí a las valijas , que por cierto ni nos miraron los tickets. Volando a tomar el MIA MOVER a buscar la «bestia» que alquile en Hertz para así seguir viaje a nuestro primer destino: NAPLES . Me animo a decir con cierto conocimiento que el que ya fue a Miami un par de veces, el destino próximo es Naples, sin lugar a dudas. La tranquilidad , las playas y el Downtown son increíbles. Tuvimos la suerte de parar en el Bellasera , un Resort de primera calidad a precios excelentes , con traslado a la playa ( ida y vuelta) con reposeras incluidas ( no así la sombrilla a u$s 15 por día ) . El hotel es una maravilla , con excelente servicio y atención , ubicado a 5 minutos de la playa en automóvil e igual  tiempo al downtown , donde se puede pasear , comprar y comer excelentes platos de mar. Naples tiene muchos outlets y shopping cerca, como por ejemplo el Miromar o el Coastland Center Mall. Algunos son parecidos a los Premium y otros son más shopping . Pero el secreto de Naples son las playas , la tranquilidad del mar se suma a la compañía de algún delfín muy cerca mezclado con la consistencia de la arena ( léase «harina» ) . Al cuarto día con la tristeza de dejar ese paraíso , emprendimos el viaje a Sarasota , mas o menos 2 hs. de auto por autopista (obvio); debo decir que la entrada me decepcionó un poco , ya que es muy «ciudad» y encima que uno venía de algo mas natural… pero bueno llegamos a Lido Key que es una isla conectada con la ciudad por el John Ringling Causeway , un gigantesco puente aéreo que las une. Esta vez también elegimos nuevamente un excelente hotel, que fue el Lido Beach Resort , con playa privada y servicio de sombrillas y reposeras. Un lujito con bar para comidas y tragos . Debo decir que la playa es un poco angosta pero también hereda de Naples la pasividad del agua y la arena. Sarasota es una ciudad bastante  importante de Florida , en la que se encuentra (nótese la sorpresa ) infinidades de clínicas medicas , de belleza y todo lo relativo al cuidado de la salud. Obviamente también tiene outlets y malls , como por ejemplo el  Mall at University Town Center y el Ellenton , con todas las marcas que uno busca y muy buenos precios. Destino obligado al estar en Sarasota es Siesta Beach , mas o menos a 15 minutos de auto un esplendorosa playa de de 100 metros de ancho con un mar y arena propia del Caribe , y por supuesto la frutilla del postre es el atardecer sobre el mar , en el que cientos de personas se aprestan con las cámaras y celulares para plasmarlo en ellas. No solo es una belleza el marco , sorprende el tiempo que demora en bajar el sol que es imponente , una maravilla. Para los amantes de Apple les recomiendo el store del Mall at University Town Center que mencione antes, es muy grande con todo lo nuevo de la manzanita. Después de cuatro días de disfrutar a pleno , nos fuimos al viejo y querido Orlando , destino obligado tanto o más que Miami , pero esa es otra historia ( o segunda parte…) Por @alejobuya12  

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#MamaFlyer nos cuenta los secretos de El Camino de Santiago en #EntrevistasQV

Ayer hice una entrevista especial, fue a Margarita, la mamá de @juanoflyer o #MamaFlyer quien nos conmovió durante su viaje por El Camino de Santiago. De paso recomiendo leer este post de Juano sobre la travesía. La entrevista también fue especial porque por primera vez la hicimos en vivo en el lugar y por periscope, así que pudimos conversar tranquilos, hablar de todo y compartir el momento con la comunidad. Pero también tuvimos problemas de conexión a internet y varios se la perdieron por eso y por el horario. Así que acá está la entrevista completa a Margarita, realmente vale la pena, tiene momentos muy emotivos, otros divertidos y otros en los cuales nos deja varias enseñanzas. Espero que la disfruten como la disfruté yo al hacerla. https://t.co/BxffWFWqVO — QuizViajero (@quiz_viajero) May 4, 2017    

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De cuando fuimos a Japón (primera parte)

Viajar a Japón es tal vez uno de los destinos más lejanos que uno se pueda imaginar y todo lo que conlleva a eso, desde el idioma, comida, costumbres, además de todo lo que uno oye de alguien que fue a ese país. Cuando organizamos este viaje (RPM Plus junto a Calle de Boxes), allá por Octubre 2016, sabíamos desde el mismo momento que se sumarían muchos amigos y así fue. No obstante lo cual, cuando se empezó a diagramar el mismo nos dábamos cuenta que, para “la tierra del sol naciente”, se necesitarían más días de los que nos tenía acostumbrado los viajes que hicimos anteriormente. Como siempre y, como en cada aventura, lo principal es ordenar la coordinación logística de los aéreos. Realmente buscar una buena ruta para ir a Japón desde nuestro país nos llevó varios días, hasta casi un mes diría. Porque te preguntarás? La respuesta es simple: es tan lejos que pegarle de un solo tirón hace que el viaje resulte casi una pesadilla. Mirábamos 32hs, 35hs, 37:30Hs, mamaaaá era imposible hacerlo con el grupo, de modo que la opción más lógica y razonable era ir y volver por USA. Viajamos de EZE a HOU (Houston) y de ahí a Denver. La ida, como les cuento, la hicimos por Denver y el regreso por San Francisco, vía United Airlines. El Stop de un día en Denver sirvió para estirar las piernas además de dormir unas cuantas horas en el hotel y visitar mediodía la ciudad (como la nota no está dirigida a esta ciudad solo la nombro y no cuento lo que hicimos en ella). Nos esperaría 12:10Hs de vuelo para cruzar el charco norteamericano. Destino: Aeropuerto Internacional de Narita, en Tokio. Realmente debo confesar que estar coordinando un grupo de 24 personas no es fácil, mucho menos aún en tierra nipona, donde son miles de personas que te pasan de un lado hacia el otro y casi que te mareas de ver tanta gente. Perdes la noción del lugar ni bien giraste el cuello. El vuelo fue tranquilo y, como era de esperar, llegamos ya con los horarios cambiados por el Jet Lag. Si bien dormimos algo en Denver, no nos terminamos de acomodar a los horarios de allá hasta varios días después del arribo. LLEGABAMOS, SE PONIA BUENO Hay que tener bien en claro de cómo moverse en Japón. Lo principal es tener un buen router con internet  y ya allí tendrás buena parte del problema resuelto. Lo primero que hicimos fue ir a reclamar los JR Pass que ya nos habían llegado hacía varios días a Argentina. Un trámite lento donde uno tiene que presentar una especie de boleto que te mandan y ellos te lo llenan, presentando cada uno su pasaporte para chequear tu nombre y datos correctos. El mismo es muy útil (siempre y cuando lo vayas a exprimir al máximo) ya que te permite viajar por todo Japón cuantas veces quieras. Ya con el router y el JR Pass en mano nos dirigíamos a Oshiage vía el Kensei Line, un tren que llega a la Terminal 2 de Narita. Llegamos cansado y ya de noche al hotel, dejamos las valijas y a dar una vueltita por los alrededores. Al otro día (primer día), nos esperaba temprano en el hotel, Shinobu, un guía de habla hispana y de unos cuantos años (pisaba los 65). Con él fuimos a recorrer las atracciones que estaban cerca del hotel porque parecía que nos acompañaría la lluvia. Visitamos el Barrio de Asakusa, Templo Sensoji, Museo Nacional de Tokio (no me llamó para nada la atención y esperaba mucho más de él) y Parque Hueno, entre otras cosas. Ya para el segundo día, iríamos al Templo sintoísta Meiji, la avenida Omotesando, la famosa calle Takashita, el gran cruce peatonal de Shibuya, el jardín Shinjuku Gyoen, la majestuosa y comercial Ginza y, por la noche, fuimos a comer algunos a Roppongi Hills. Ya se empezaba a sentir el cansancio de los 10 Km de promedio de caminata diaria. El tercer y último día en la hermosa Tokio nos depararía la visita al Hamariku Garden (justo se estaban sacando fotos una pareja de recién casados), la isla artificial de Odaiba, Museo Nacional de Ciencia Futura (dos horas a mi juicio perdidas, creía que veríamos cosas de otro planeta y no fue así), Palacio Imperial por fuera ya que llegamos tarde (nos traicionó internet con el horario de otoño que cerraba una hora antes). El cansancio se hacía notar pero mucho quedaba aún por delante. Al otro día nos esperaría Kyoto ya tomando el Shinkasen, donde haríamos base por las 8 noches restantes de nuestra visita a ese país, pero eso es materia pendiente para mañana. Me despido para tomar fuerzas y retomar mañana. Hasta luego amigos…. Por @calledeboxes

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Salzburgo, entre Mozart, La Novicia Rebelde y las bellas montañas….

Como fanática de La Novicia Rebelde, sabía que algún día iba a conocer Salzburgo, Austria. Muchas  veces soné por caminar por sus callecitas, visitar la famosa casa de la Familia Von Trapp, pasear por esas montañas y lagos cristalinos…..el sueño se cumplió en abril de 2016…. Llegamos a Salzburgo en tren de alta velocidad desde Múnich. Un viaje hermoso, contemplando un paisaje de ensueño, atravesando pequeños pueblos alemanes ya que Salzburgo se encuentra en la frontera con Alemania así que apenas el tren pasa la frontera, que uno ni se da cuenta, ya está la pequeña gran ciudad de Salzburgo. Con mi meta por sentirme dentro de la película, dormimos una noche en el Leopoldskron Palace, el palacio en donde se filmaron las escenas exteriores que recrean la casa de la Familia Von Trapp. La verdadera casa de la familia, cuya visita quedó pendiente para otro viaje, también es hotel. Se llama Villa Trapp. Volviendo a nuestra estadía de una sola noche en Leopoldskron Palace, porque no conseguí más noches allí para esas fechas, fue increíble. Al llegar uno encuentra dos “casas”, una la que se ve en la película, que tiene pocas habitaciones para dormir y son las más costosas, que además cuenta con el salón desayunador junto a varios salones para eventos, y la otra en donde se encuentra la mayoría de las habitaciones. También hermosa casa, divina habitación antigua pero con detalles modernos, que se ve renovada hace poco tiempo. Vía web habíamos reservado habitación Standard pero al momento del check in nos ofrecieron un Upgrade por pocos Euros por una habitación más grande y lo mejor: con vista al lago que se ve en la película. Un sueño hecho realidad!!! Como llegamos alrededor de las 15hs, decidimos pasar toda la tarde recorriendo las casas, sus jardines, caminar alrededor del lago y salir a andar en las bicicletas del hotel por los alrededores. Esa noche cenamos en uno de los pocos restaurantes cercanos, comimos riquísimo, ya que para llegar al centro de Salzburgo se debe tomar colectivo o taxi. A la mañana, desayunamos en el edificio principal mirando al lago, un exquisito desayuno buffet muy completo que se encuentra incluido en la tarifa. Nos despedimos de este bello lugar, tomando un taxi hacia el centro de Salzburgo, no más de 10 minutos de viaje, para alojarnos dos noches en el NH Salzburg. Ya en el centro histórico de la ciudad, visitamos el Palacio y Jardines de Mirabell, el Schloss Hellbrunn (otro majestuoso palacio y jardines, donde se encuentra la famosa glorieta de la película La Novicia Rebelde), la Fortaleza de Hohensalzburg, Petersfriedhof (cementerio), Residenzplatz, Catedral de Salzburgo, Casa Natal de Mozart (donde nació), Residencia de Mozart (el museo) y Hangar 7 para los fanáticos de autos y aviones, pero hay mucho más. Obvio que comimos Sacher Torte en el Hotel Sacher, que tiene una confitería para deleitarse con este manjar, que también lo repetimos en Viena. Por supuesto que Salzburgo tiene mucho para ofrecer, ciudad rica en historia y bellos paisajes, a la cual espero volver algún combinando esa visita con Hallstatt  que no llegamos a visitarla por falta de tiempo aunque no está muy lejos. Auf Wiedersehen!!!   Por @karife75

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Recorriendo la región de Girona desde Barcelona

Voy a insistir en esto hasta morir: si van a Barcelona no dejen de tomarse un día o dos para recorrer la región de Girona. Les juro que no se van a arrepentir. Fundamental hacerlo en auto. Si se toman más de un día para recorrerla recomiendo 10 pueblos descriptos abajo. Pero también pueden ir por el día saliendo y volviendo a Barcelona. En caso de hacerlo sólo en un día haría los siguientes pueblos: Tossa del Mar Pals Peratallada Cadaqués En caso de ir más de un día recomiendo hacer este tour: A solo 86kms de Barcelona tenemos este paraíso llamado Tossa del Mar. Pueblito de origen Romano con hermosas playas pic.twitter.com/uIhQ9aCdeU — QuizViajero (@quiz_viajero) April 28, 2017 Seguimos subiendo bordeando la costa brava y llegamos a Calella de Parafurgell y OHHH. Nos enamoramos de inmediato ❤️ pic.twitter.com/zDq2VhNpao — QuizViajero (@quiz_viajero) April 28, 2017 Ahora nos adentramos un poco en la tierra y a apenas kms llegamos a Pals. Hermosisimo pueblo medieval para perderse en su calles de piedra pic.twitter.com/m65SiQrMxD — QuizViajero (@quiz_viajero) April 28, 2017 En Pala además se logran espectaculares vistas mediterráneas de las Islas Medas pic.twitter.com/59nwgEXjOt — QuizViajero (@quiz_viajero) April 28, 2017 De Pals podríamos ir casi caminando a Peratallada, pero no somos #MamaFlyer así q auto y en 5 estamos en una de las maravillas de España pic.twitter.com/EoqZZiacVJ — QuizViajero (@quiz_viajero) April 28, 2017 Ahora estamos en Monells. La conjunción de estructuras medievales con naturaleza es la belleza de estos pueblos de España pic.twitter.com/S81nDwXMEX — QuizViajero (@quiz_viajero) April 28, 2017 Ahora sí agarramos el auto y manejamos un poquito hasta uno de los pueblos más famosos de la región: Besalu y su puente romano pic.twitter.com/F8RMaLhG8i — QuizViajero (@quiz_viajero) April 28, 2017 Ahora llegamos a uno de los pueblos más espectaculares del mundo entero: Castelfollit de la Roca pic.twitter.com/Wb3ORyrBFY — QuizViajero (@quiz_viajero) April 28, 2017 Un poco más alto en los Pirineos y ya al límite con Francia estamos en Camprodon y otro puente románico famoso pic.twitter.com/c9akal6Ikq — QuizViajero (@quiz_viajero) April 28, 2017 Unos kilómetros más allá, y en plena montaña y a un metro de Francia tenemos la belleza de Beget pic.twitter.com/YewdRnYJpG — QuizViajero (@quiz_viajero) April 28, 2017 Miren estas vistas pic.twitter.com/TCIv2MsHFV — QuizViajero (@quiz_viajero) April 28, 2017 Es hora de pegar la vuelta. Pero para el final dejamos el broche de oro. La hermosa e increíble y soñada Cadaques pic.twitter.com/jXPVhadn1H — QuizViajero (@quiz_viajero) April 28, 2017 Todo este recorrido por Girona son apenas 5hs de auto. Ideal para hacer en 2 días o una parte en 1 día saliendo y volviendo a Barcelona pic.twitter.com/cBqSm963mU — QuizViajero (@quiz_viajero) April 28, 2017 Ya saben. Si van a Barcelona no dejen de ir a la region de Girona. Les juro q no se van a arrepentir pic.twitter.com/sjGFKHUC2x — QuizViajero (@quiz_viajero) April 28, 2017 España

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El tour de la muerte: Chernobyl I

Desde muy chico supe que quería viajar. No importa a donde. Y veía en el mapa, o leía de ciertos lugares y más ganas de viajar me daban. Clásicos, como Paris, New York o Londres, y algunos no tanto, como India o Rusia. Siendo #teamEuropa y #teamInvierno, desde hace un tiempo cuando llega el verano aquí pensamos a donde rajar, si es Europa mejor porque hace frio. Y un día veo un Twitter un video hecho con un drone en Chernobyl, uno de esos lugares que me quedo grabado al haber leído su historia trágica. Y le digo a mi novia: Vamos? Se venía el verano asi que era la oportunidad para rajar al frio. No teníamos muchos días, menos de 10, y mirando el mapa, Kiev no estaba cerca de muchos lugares como para complementar. Todos los blogs que visitábamos hablaban de lo complicado que era manejarse si no se hablaba el idioma. Tampoco hay muchos vuelos, lo cual hacia la cosa más difícil. Finalmente nos decidimos por Cracovia, la conexión Kiev-Frankfurt-Cracovia no era tan dolorosa y era bastante accesible. Asi fue que empezamos a buscar hoteles y ver cómo hacer la excursión a Chernobyl. Encontramos la página www.tourkiev.com y nos decidimos por ellos. 100 dólares la excursión, mas 8 por el almuerzo y 10 del contador Geiger para medir la radiación. Compramos. Llegamos a Kiev temprano a la mañana después de un viaje larguito (somos sublos como la amiga @Floxie10 asi que nos costó unas vueltas: Buenos Aires-Dallas-Philadelphia-Frankfurt-Kiev) Nos alojamos en un hotel en un segundo piso de un edificio típico soviético. Básico, pero bien ubicado y regalado: 20 dólares la noche. Todo es barato en Kiev, varias veces pensamos que estábamos haciendo mal la conversión porque no lo podíamos creer. Pintas de cervezas, salmón, caviar y varias delicias mas y la cuenta apenas pasaba los 10 dólares, dos personas. El desayuno no llegaba a dos dólares. La cerveza más cara, menos de 2 dólares. El resumen de la tarjeta tenía dos o tres cargos de mas de 10 dólares. Pero todo esto era la yapa. Lo principal era Chernobyl. La excursión se hace los sábados nada mas, a veces agregan algún día mas. Tenes que pagar antes obviamente y mandar la información del pasaporte porque se pasan varios controles. A las 8AM nos encontramos con Igor en la puerta del hotel Kozatskiy, en la Plaza de la Independencia. Nos controló los pasaportes, nos cobró la parte que faltaba y arrancamos las dos horas en combi. Allí nos mostraron un video con la historia de Chernobyl y Prypiat y nos contaron que durante el tour íbamos a recibir menos radiación que en vuelo de 7hs. Raro. Fuimos pasando controles y llegamos a la ciudad de Chernobyl, donde hay gente que sigue trabajando, de hecho en la combi llevamos a un trabajador. La ciudad igual esta casi vacia. La gente que trabaja alli trabaja un mes y no vueve por dos meses. Una corta parada y seguimos viaje hasta Prypiat. Increible. La ciudad fue evacuadad en dos horas. Algunos dicen que ciertos objetos fueron acomodados prolijamente para aumentar el morbo, puede ser. Visitas un restaurante, un jardin de infantes, una escuela, la pileta, el parque de diversiones que nunca llego a inaugurarse, y en uno de los edificios Igor pregunto si queriamos subir a la terraza. Fue obvia la respuesta. El dia frio y gris hizo el resto. El contador Geiger no dejaba de chillar. Dicen que la radiacion maxima que se puede recibir sin afectar la salud es de 2 (no me acuerdo la unidad de medida). El contador por momentos llego a 30. Era una orquesta de ruidos. Luego de caminar por la Lenin Street de Prypiat volvimos a la combi y fuimos al reactor. Llegamos hasta el pie. Nos mostraron el nuevo sarcofago que ya esta en uso. A pesar de todo esto, Prypiat no va a ser habitable por miles de años. Volvimos a Chernobyl a almorzar. Los 8 dolares incluyeron la tradicional sopa borsch, salmon, caviar y varias delicias mas. Con un poco de modorra subimos a la combi a emprender el regreso. Un control policial mas, un control de radiacion (si te suena te tenes que quedar o tirar la ropa) y vuelta a Kiev. Valió cada centavo, es entretenida, mucha historia, obviamente algo de morbo pero super interesante.   Finalmente de Kiev salimos a Cracovia, pero eso es otro tema. Alli nos esperaba Auschwitz y algunas cosas mas. Mi suegro tenia razon, fue un “tour de la muerte” este viaje.   Saludos y gracias por dejarme compartir.   Por @_Santiagol_

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Cumpliendo sueños en New York

En esta oportunidad, quiero compartir el mejor viaje de mi vida, el más esperado: Nueva York 🙂   Empezó en el 2013, cuando salí corriendo a comprar los pasajes de súper oferta a Avantrip porque estaba caída la página, eran una ganga. Finalmente, cuando los tuve en mano, no lo podía creer: el sueño comenzaba y las posibilidades eran ilimitadas. En febrero de 2014 nos íbamos a la Gran Manzana con mi novio (hoy en día, marido). Por ese entonces, comenzaba a seguir @SirChandlerBlog, y seguí sus consejos, en especial, los culinarios, Five Guys, Applebee’s, etcétera. En ese momento, no usaba Twitter y la verdad es que me arrepiento porque hubiera sido genial tener más consejos de la comunidad viajera, en especial de @Floxie10 que ama Nueva York. Pero en verdad no necesitaba mucha ayuda para Nueva York; ese viaje siempre estuvo en mi mente: conocía las calles de memoria sin siquiera haberlas pisado. Ya conocía (obviamente) todas las atracciones turísticas y quería explotar el viaje al máximo. Por eso, no quiero contarles del Empire, ni de la Estatua. ni de todas las atracciones que ya conocen. Prefiero hablar de algo irrepetible: mi primer viaje y todo lo que pude experimentar. Como cinéfila y traductora audiovisual, no sabía por dónde empezar con el tema de los espectáculos. Comencé por revisar Ticketmaster y buscando show durante mis fechas, vi que mi amado Justin Timberlake se presentaba en el Madison Square Garden. Compré la entrada sin pensarlo mucho ni tener nada organizado para nuestra estadía. No todo fue color de rosa, ya que reprogramaron el show para un día después por el clima. Casi me muero. Por suerte, aún tenía tiempo en la ciudad y pude ir a canjear mis entradas para la fecha reprogramada. Les dejo algunas fotos del recital, lo poco que pude sacar: Es algo indescriptible. La energía del Madison y la envergadura de un recital de JT… sin palabras. Como si fuera poco, una amiga viajaba también en esas fechas y queríamos a toda costa ir a ver una grabación en vivo. Ya era fana del «Late Night with Jimmy Fallon», pero ya no estaba en ese programa. No sé cómo lo logramos, creo que fue porque eran los primeros programas y no era tan popular pero conseguimos tickets para el «Tonight Show» con su nuevo anfitrión, Jimmy Fallon. Fue alucinante. Digamos que perdimos un día de Nueva York, pero gané un recuerdo imborrable. Ir a 30 Rock, mi lugar preferido. Ingresar a los estudios y ver la grabación. Hasta Jimmy le tocó la mano a mi amiga en el saludo final.  Después fuimos dos veces más a la salida del programa y logramos una foto con el presentador: Y la última que les cuento: obviamente quería pasar por Broadway. No me podía ir de Nueva York sin ver algo en el teatro. Pensé en mil musicales, pero justo Bryan Cranston estaba estrenando su obra «All The Way» y fue irresistible. Él se comió la obra y como fanáticos, nos quedamos esperándolo a la salida (recomiendo hacerlo con cada obra a la que vayan). Nos firmó un autógrafo y nos sacamos LA foto que al día de hoy sigo mostrando. Eso es Nueva York, un lugar donde todo es posible. #TeamNuevaYork toda la vida.   Y obviamente quiero y deseo volver y me gustaría compartirlo con esta hermosa comunidad viajera. Mil gracias a @quiz_viajero por el espacio.   Por @Lau_B85  

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Lago di Garda: sus mejores pueblos y paradas imperdibles

Lo primero que tengo para decir del Lago di Garda es: VAYAN!!!! Está a muy pocos kilómetros de Verona y me impresiona la cantidad de turistas que no se toman el tiempo para conocerlo, al menos un día. Es como pasar por la puerta del paraíso, ella se haya entreabierta y no querer entrar. Entiendo que tal vez el Lago di Garda no tiene tanta fama, marketing o que incluso el Lago di Como (otra maravilla en la tierra) es más conocido. Entiendo que nadie se quiere perder las ciudades más famosas del noreste de Italia como Venecia, Verona, Padova o Bologna. Pero a la hora de planificar un viaje al norte de Italia, el Lago di Garda debería ser un «must». A diferencia de los otros lagos del Norte de Italia, el Garda tiene tres particularidades que lo destacan: 1- La parte norte del lago está en medio de Los Alpes por lo cual el paisaje es el clásico de lago increíble, pueblos maravillosos y montañas que lo abrazan. 2- La parte sur del lago está en una zona sin montañas lo cual hace el paisaje muy distinto y a su vez en la parte sur están sus pueblos más conocidos y incluso algunos de ellos son los más lindos del mundo. 3- A diferencia de los otros lagos, los pueblos que rodean al Lago di Garda son muy variados en estilo arquitectónico, paisajes e incluso gastronomía. Si no querés complicarte, aquí podés reservar una excursión muy recomendable de medio día con visitas a sus pueblos medievales y sus playas escondidas: Excursión de medio día al Lago de Garda. ¿Cómo llegar al Lago di Garda? La mejor manera de llegar y recorrer el Lago di Garda es en auto. Las ventajas del auto son demasiadas, salvo que sea en temporada muy alta y el tránsito sea insoportable, cosa que no me sucedió. Si estás pensando en alquilar un auto para ir al Lago di Garda puedes encontrar los mejores precios utilizando nuestro cupón de descuento para alquiler de autos en BookingCars.com. ¿Cuántos días ir al Lago di Garda? Se puede ir de 1 hasta 10 o 1 mes o 1 año. Pero para el turismo promedio yo recomiendo pasar al menos 2 días completos en el lago. Ideal 3. En ese tiempo se puede recorrer, conocer y disfrutar de los mejores pueblos del Lago di Garda en el este, norte, sur y oeste. IMPORTANTE: si viajas al Lago di Garda desde Argentina, México o Chile puedes ahorrar USD9,99 para tener internet en tu celular usando el código de descuento QUIZ123  comprando en HolaSim. Puedes ver más información al respecto en ESTE LINK. ¿Dónde dormir en el Lago di Garda? Depende de cómo cada uno organice su viaje, es decir, de dónde viene y a dónde va luego del lago. Pero mi recomendación es hacerlo en Malcesine, justo a mitad del lago en el lado este, ya que permite estar cerca tanto del sur como del norte y porque el pueblo es hermoso para estar en las noches y su paisaje es uno de los mejores. De todos modos si, si prefieres alojarte en la zona sur del Lago, donde se encuentran los pueblos más famosos, la opción que recomiendo es Desenzano del Garda o Sirmione, este último me parece el más lindo pero probablemente también el más caro. La opción que más aconsejo en la parte norte del Lago es Riva del Garda o Torbole. Riva es más lindo pero Torbole tiene de bueno estar justo en la salida a la autopista que conecta con todo el noreste de Italia. Por último, en el lado oeste del Lago, las opciones que recomiendo son Limone Sul Garda o Saló. Verán que a continuación hablo un poco más sobre cada uno de ellos. IMPORTANTE: puedes obtener USD15 de regalo si quieres reservar alojamiento en el Lago di Garda a través de Booking y lo haces con ESTE LINK. Los USD15 los puedes usar como crédito en la reserva o simplemente ahorraros para lo que gustes. Los mejores pueblos del Lago di Garda Para describir los que considero los pueblos más bonitos del Lago di Garda (al menos de los que yo visité), haré un recorrido partiendo de Malcesine y en sentido contrario a las agujas del reloj, o sea, primero hacia el norte, luego bajando por el oeste, luego el sur y luego subiendo por el este. Ese recorrido es simplemente a fines prácticos de organizar el post pero el recorrido ideal dependerá de dónde se alojen y si prefieren conocer primero el norte o el sur, lo cual de lo mismo. 1- Malcesine Ubicado a en el lado este del Lago di Garda y casi a mitad de camino entre sur y norte, solo diré que es un pueblo hermoso, con unos paisajes tremendos, que además tiene la posibilidad de subir la montaña en aerosilla para tener una vista espectacular, que tiene un centro histórico encantador, que tiene mucha vida de noche y que me encantó. 2- Riva del Garda Nos fuimos al extremo norte del lago, encajado entre los espectaculares Alpes, es un pueblo distinto a todos por sus paisajes y su playa. Además de recorrer su pueblo histórico, en Riva hay que bajar a la playa y disfrutar la vista y la paz. Serán muy felices. 3- Limone Sul Garda Empezamos a bajar por la costa oeste del lago y uno de sus primeros pueblos más famosos del Lago di Garda es Limone. De más está decir que el camino en auto es ESPECTACULAR bordeando el lago, las montañas y atravesando decenas de túneles. Camino a Limone me preguntaba por qué se llamará así y cuando llegás la duda se quita enseguida. Todo es LIMÓN allí. Los colores, los olores, las tiendas, todo! El pueblo está construido sobre la pendiente de la montaña. El auto se deja arriba en la entrada de la ruta y empezás a bajar caminando por callecitas increíbles hasta que llegas a la

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Cinque Terre en Italia: Por qué me decepcionó

No es que no me haya gustado Cinque Terre, de hecho me encantó. Pero fui con tanta tanta expectativa que al conocerlo me desilusionó. Igual no significa que todo lo que tenga alta expectativa genere luego desilusión. Lo que creo que es cometimos algunos errores al ir y por eso es este post, para que no los comentan otros, al menos desde mi punto de vista. IMPORTANTE: recomiendo al finalizar este post leer los comentarios de los lectores del blog ya que varios dan una opinión muy distinta a la mía sobre cada uno de los puntos que marco. Primer error: Hacer base en La Spezia La Spezia es la ciudad cercana a Cinque Terre y donde suele alojarse la mayoría de los turistas que van a visitar los cincos pueblitos. Es cierto que es más barato y todo eso, pero sinceramente es un lugar feo, sin ninguna atracción. Alojarse en La Spezia casi te obliga a regresar temprano de Cinque Terre, ya sea en barco o en tren (en auto es otra cosa) y perderse la mejor hora del día: el atardecer, ya sea viajando o en la misma Spezia. Lo mismo para la noche. Sumado a que si bien está muy cerca, en caso de recorrer los pueblos en barco, hace que se pierda tiempo navegando y que no haya demasiado tiempo para disfrutar cada uno de los pueblos. Entonces recomiendo alojarse en alguno de los pueblos. Segundo error: ir un solo día Tranquilamente se puede recorrer los 5 pueblos de Cinque Terre en un solo día, eso es lo que hace la mayoría de los turistas, pero en mi opinión, por querer conocer los 5, no se conoce ninguno o no se disfruta ninguno. Terminás convirtiendo tu día en un tour japonés. Las fotos no mienten, Cinque Terre es un paraíso y cada pueblito tiene lo suyo que lo hace distinto y particular. Pero si no te detenés a observar sus vistas, no te perdés subiendo sus callecitas, no te sentás a tomar un rico café viendo el atardecer, estás solo cumpliendo la misión de haber estado ahí para tildarlo en la lista de los «must». Para mi no tiene sentido. Entonces recomiendo tomarse dos días o al menos un día y medio completos. Tercer error: recorrerlos enteramente en barco Si bien al recorrerlas en barco no pude probar las otras opciones (tren, auto, bicicleta, caminando), estoy casi seguro que de todas es la peor opción. Esto se debe a que el barco hace todo más lento, desde los traslados hasta las esperas del barquito que corresponde para que te lleve al pueblito que deseás ir, sumado a los horarios en que dejan de funcionar. Lo bueno del barco es que permite apreciar las vistas de los pueblos desde el mar, pero tranquilamente quien vaya en tren, auto, bicicleta o caminando puede optar por tomarse un barco entre dos pueblos y apreciar esa vista que con una vez alcanza y sobra. De todos modos, si piensan tomarse el barco igual desde la Spezia y no hacerme caso en nada de lo que estoy diciendo, no duden en regresar en tren al finalizar el día. Al menos eso lo hice y no me arrepiento para nada. —————- Estos son los 3 errores que cometí que hicieron que Cinque Terre me desilusione un poco. Sin dudas es un lugar que no solo vale la pena, sino que hay que ir sí o si. Pero creo que merece dedicarle el tiempo y la forma para disfrutar esta maravilla del mundo en todo su esplendor. Desde ya, estas opiniones son subjetivas, como todo. Y sus opiniones son muy bienvenidas. QV

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Crónicas de Tanzania 4, gone to the beach

Tanzania no es sólo el Serengeti, la sabana y el Rey León. Tiene playas? Sí, unas playas alucinantes! Mejores que muchas del Caribe incluso. Ya les contaré de la vida sobre la arena. Este post va a ser sobre la vida bajo del mar, dedicado especialmente para los amigos del #TeamBuceo: Karibuni baharini! (Bienvenidos al océano!) Comenzó la aventura en las costas de Zanzíbar, en un atolón que se llama Nmemba. El agua turquesa me recordó a las aguas de Tulum, aunque con bastante corriente. Es un sitio lleno de pequeña vida tropical, el agua cálida – a unos 29°C- y los arrecifes de coral albergan miles y miles de especies de pececitos. Acá fue mi primer encuentro con Nemo! Nemo -que después de mucho entendí que venía de su nombre real aNEMOnefish, ya que vive en las aNEMOnas- no es el personaje simpático y tierno de la película. Los pibes son bravos y defienden su territorio más que los leones, aunque, claro, con un poco menos de mortalidad. Es hasta gracioso ver como se acercan a la máscara con intenciones de picotearte porque los estás invadiendo, aunque estés a metros de su anémona-casa. Otra cosa que aprendí es que hay varias especies de Nemos (para mí, van a seguir siendo todos “nemos”). Hay negros con un punto blanco, hay negros con rayas blancas, hay naranjas claritos con una raya blanca a lo largo del cuerpo, hay naranjas con rayas blancas, el clásico “Nemo”. Y en Zanzíbar hay un montón de nemos! Muchas -y ricas- langostas también habitan las costas de Zanzíbar. Algunos cirujanos, pocos sargentos, muchos cangrejos, hasta Sebastián -la estrella de Bob Esponja- que es gordita y rellenita igual que el personaje. Seguimos las inmersiones en Tumbatu, una pequeña isla frente a las costas de Kendwa. Allí, uno de los sitios se llama Haunted Wall: una pared de coral que parece flotar a unos 12 metros de profundidad y, sí, parece encantada. Lo maravilloso fue recorrer la pared con mucha luz y descubrir miles de pececitos de colores escondidos entre los corales. La contra fue que la visibilidad no era la mejor aunque una maravilla comparada con las canteras de Salto o Tandil. Ya en otra isla, Mafia, hicimos dos inmersiones en Chole Bay. Ya en aguas más cristalinas, con mejor visibilidad, jugamos en el agua calma y descubrimos nudibranquios, morenas, rayas, sepias y muchos más peces tropicales. Pero la estrella debajo del mar de este viaje, sorprendentemente, no fue buceando sino haciendo snorkel. En Mafia habita el tiburón ballena. Y, una vez más, en el segundo día en Mafia, fuimos a buscarlo. Otra vez nuestro día empezó de noche: a las 5.30am nos pasaban a buscar para ir a desayunar, darnos una pequeña charla sobre el tiburón ballena y luego emprender la navegación para encontrar al tiburón ballena. All aboard y allá vamos! Tuvimos tres o cuatro avistajes un poco fallidos. Sólo pudimos ver a los tiburones desde lejos y apenas si sacarles una foto a la distancia. Hasta que tímidamente apareció un “tiburoncito” de unos 3 o 4 años de edad, con sus 3 o 4 metros de largo a jugar con nosotros. Y allí se quedó durante aproximadamente 30 minutos, cosa poco habitual según los guías. Fueron treinta eternos minutos de fotos, videos, nadar, patalear fuerte, hacer apnea, y todo lo que pudiéramos hacer para estar cerca -nada más y nada menos- de quien es el pez más grande del mundo! La paz con la que se mueve, acompañado de los pececitos que lo limpian incluso dentro de su boca, es maravilloso. Aunque se asustaba un poco cuando los humanos nos acercábamos, no dejó de jugar con el barco, pasando por debajo de un lado para el otro, sin siquiera tocarlo. El tipo es enorme y no toca el barco, yo me desconcentro y me llevo puesta la pata de la mesa. La naturaleza es fantástica. Aprendimos que hace tan sólo 10 años que se estudia al tiburón ballena, que recién ahora hay organizaciones y fundaciones que investigan su conducta y que cada foto puede ser material científico. Allá viajaron nuestras fotos por internet y resulta que descubrimos un nuevo ejemplar! Este tiburoncito que pasó 30’ con nosotros quería ser descubierto y era la primera vez que se lo avistaba. Ya desde la gran ciudad, estamos en el proceso de adopción y donación para el “pequeño” tiburón ballena que identificamos en las costas de Mafia. No, no lo vamos a traer a vivir en una pelopincho, sencillamente le ponemos nombre, hacemos una pequeña donación mensual para investigación y nos avisan cada vez que sea nuevamente avistado en aguas abiertas. Nuestro paseo por el océano Índico siguió en una isla que se llama Fanjove. Allí, después de dos largas mañanas de navegación y de sortear olas de 3 metros, logramos avistar delfines. Es maravilloso verlos jugar alrededor del barco. No nos dieron tiempo a tirarnos a nadar con ellos, pero ya descubrirlos, verlos jugar en la proa, saltar a través de las olas y fijar en la retina esa eterna sonrisa que tienen dibujada, fue suficiente para mí. Una de las ventajas de las costas e islas de Tanzania es que no es necesario bucear para ver mucha vida. Apenas con snorkel es posible disfrutar de la vida subacuática. Sí, en África hay playas increíbles, agua tropical y muchísima vida acuática. Y siempre, en todo el mundo, mucho por aprender. En la puerta cerrada de un centro de buceo un cartel rezaba: “Gone to the Beach” y en la pared un mural que decía:   Take only pictures Leave only bubbles Kill nothing but time   De eso se trata bucear (y hacer safari también, ya que estamos en África): descubrir bichos (en el más cariñoso sentido de la palabra) en su hábitat y sin molestarlos. Como dijo el amigo de la comunidad, @duhauaxel: “amar (y respetar, agrego yo) a la naturaleza”.     Por @solesantos2

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Carta desde Bolonia, como las de antes.

Marzo de 2017 Querido Abe:   ¡Por fin llegamos a Bolonia! El viaje desde Milán duró lo que un suspiro. Te voy a contar cosas que te harán reconsiderar tu cara de sorpresa cuando te dije que veníamos aquí. Ya sé, esta ciudad no es la primera ni la cuarta, ni siquiera quizás la octava de las opciones cuando planeás un viaje a Italia. Todavía recuerdo el “intercambio de opiniones”, pero el instinto y en parte conocer la región de donde es la familia de C, nos convenció de incluirla en el recorrido. ¡No sabés qué placer es no encontrar los ejércitos de turistas detrás del paraguas rojo!!! Este detalle, le suma atractivo y todavía no vimos casi nada. Si bien ya sabíamos que es uno de los cascos medievales mejor conservados de Europa, verlo, es otra cosa. Esos pórticos que cubren casi todas las veredas, me hacen pensar que debería haber traído la capa de terciopelo negro de Mamá, para estar a tono. ¿Te acordás que no había forma de convencerla de que no la use? En fin, ahora es un recuerdo entre muchos otros. Melancolías aparte, te cuento que el hotel que te mostré, el Accademia, cerca de la Universidad, es muy lindo, sencillo, familiar, con un desayuno muy rico, todo “homemade”. El barrio universitario es hermoso; sus edificios, increíbles, pensá que es la Universidad más antigua de Occidente, de alrededor del 1100. Caminar por los pasillos por donde pisó por ej. Dante, es al menos curioso. Estamos a tres cuadras de las famosas torres, Galisenda y Asinelli, también de alrededor del 1100, son mucho más altas de lo que parecen en las fotos y más torcidas, y según nos contaron, se cree que no eran solo torres vigías, sino una competencia de demostración de poder entre las familias ricas de la ciudad, haciendo una más alta que la otra. Había más de cien!! Los varones subieron a Asinelli, pero esos escalones gastados e inestables por el paso de los siglos, no son para mí!! La vista es sencillamente hermosa, por lo que vi en las fotos!! Café y cornetti mediante, fuimos al Palacio del Archiginassio, que es una antigua dependencia de la Universidad, donde está el Teatro Anatómico, donde te podrás imaginar, se llevaban a cabo las clases de medicina, sala dedicada al estudio de anatomía, con su mesa de disección de mármol. Sin palabras. No te puedo contar la felicidad que tenemos con F, de encontrar librerías a cada paso. Placer supremo. Mucho arte, historia y misterio, pero ya es casi la hora de comer, ya pudimos comprobar porque le dicen la “Docta”, culta, fina y académica; también porque le dican la “Rossa”, su color lo dice todo, ya sabes la idea fija que tengo con los colores de las ciudades y ahora, last but not least, vamos a comprobar porque a la “Grassa”, le dicen la “cocina de Italia”. ¿No será mucho? Fuimos por recomendación de la gente del hotel a un lugar a un par de cuadras, L’Osteria dell’Orsa, ahhhh!!! Sencillo, vino de la casa en botellón, económico y una comida sensacional. Nada pretencioso. Y además muy buen ambiente . Fuimos todas las noches. La realidad que todo lo que probamos en distintos lugares fue excepcional, desde el simplísimo “tortellini in brodo” hasta la pasta ripiena con salsa de tartuffo nero, pasando por su archiconocida mortadela, que la comés desde el desayuno. ¡Unos días más y vuelvo rodando! La comida es tan importante que los locales que la venden conviven con los de por ej., Armani, Bulgari o Furla. ¡Los maravillosos Reggiano Parmigiano se destacan más que la mejor cartera! No sabes lo feliz que nos sentimos C y yo de poder compartir un viaje más con los chicos, somos muy afortunados de que quieran seguir viajando con nosotros. Todavía recuerdo la primera vez que fuimos todos a NY, la cara de F mirando no sé si un Van Gogh o un Degas con lágrimas en los ojos. No tiene precio, es uno de los momentos en que te das cuenta de que todo vale la pena.   ¡Ya sé! Como si te estuviera escuchando, la termino con el sentimentalismo. Ok, mejor me despido.   Besos a todos, San     P.D: Gracias por alimentar a Fyodor Nikolayevich.       Por @sanmaski1

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